La pugna en Aguas de Valencia frena los planes de los socios
Suez espera mañana un gesto del Agval en el consejo de administración
La sociedad mayoritaria en Aguas de Valencia, Agval, sostiene un reñido pulso con Suez Environement desde que la multinacional francesa adquiriese el 33% de las acciones de la empresa a Saur y reclamase el derecho de incorporar cinco representantes al consejo de administración. El consejo bloqueó esa posibilidad ocupar los cargos que dejó Saur con otros consejeros.
Aguas encargó dos informes para saber cuál era su margen de maniobra
Suez ofrece que de sus 5 consejeros, 4 sean valencianos y uno francés
La razón de fondo es que en el 90% de los concursos a los que opta Aguas de Valencia coincide en calidad de competencia con Aguas de Barcelona (Agbar), en la que la matriz Suez tiene una participación directa del 1,4%. Asimismo, la firma francesa posee el 51% de las acciones del Holding de Infraestructuras y Servicios Urbanos, SA, (Hisusa), que ostenta el 47,19% del capital social de Agbar. Incluso se define con la categoría de "socio industrial" para la entidad en el pacto parasocial firmado con La Caixa, que tiene el 49% restante de Hisusa.
Por consiguiente, Agval, que posee el 60,67% de las acciones de Aguas de Valencia, considera que Suez es "competencia directa". La empresa valenciana ocupa el 80% del mercado hídrico de la provincia de Valencia, mientras que la plaza fuerte de Agbar en la Comunidad Valenciana es Alicante, donde controla el 60%. Sobre ese fundamento, Agval (sociedad de la que forman parte del Banco de Valencia, el Grupo Boluda, Fomento Urbano de Castellón y Lubasa) no quiere dar entrada a los representantes de la multinacional en el consejo, porque, según una fuente próxima a la empresa, "sería dar a conocer los planes de expansión a la competencia".
En ese sentido, Aguas de Valencia ha encargado dos informes jurídicos para conocer los márgenes de maniobra que le quedan a la entidad para establecer su estrategia. Su principal baza es una sentencia que impidió a Acciona que se sentara en el consejo de administración de FCC por considerar el juez que se trataba de dos empresas con idéntico objeto social, y, por tanto, competentes entre sí.
Mientras tanto, los contactos entre Aguas de Valencia y Suez se han intensificado. Según el entorno de la multinacional, como posible salida a la situación, se ha planteado al presidente de la compañía, Eugenio Calabuig, que de los cinco miembros del consejo de administración que consideran que les corresponden, cuatro serían valencianos y uno, de perfil tecnológico, francés. Asimismo, para evitar conflictos de competencia directa entre Aguas de Valencia y Agbar, Suez ha ofrecido reglamentar estas situaciones para que sus representantes en el consejo de administración puedieran ausentarse en determinadas reuniones.
Suez espera un último gesto del consejo de administración que se reúne mañana, antes de adoptar resoluciones que podrían pasar por los tribunales o por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). De cualquier modo, la firma francesa mantendrá su posición en Valencia para cumplir su objetivo de "crecer a través de empresas locales que funcionan bien aportando know how tecnológico", ya que, mantienen, "no son un socio financiero como Seur sino tecnológico".
Fuentes jurídicas consultadas consideran que Suez llegó a Aguas de Valencia "engañada", pensando quizá que el resto de acciones estaban sindicadas a un consorcio y que había un terreno propicio para lanzar una OPA y controlar la entidad. Sin embargo, enfrente tenía a una sociedad, un solo grupo de accionistas en el que las posibles fugas de acciones resultan muy complicadas. Además, cualquier posible vendedor se enfrentaría a una cláusula de la sociedad por la que tendría que pagar una multa de 60 millones de euros. Y aun así, se presentaría un recurso ante la CMNV con muchas posibilidades de recuperarlas para la sociedad.
La situación también frenado los planes de ampliación de capital que manejaba Agval. Tan sólo hace unos meses, presentaba una oferta de 90 euros por acción a Saur, pero ésta vendió su participación a Suez a razón de 208 euros por título. Agval pretendía realizar una ampliación de capital en Aguas de Valencia tras adquirir el paquete de Saur y dar entrada a nuevos socios, pero la nueva situación lo desaconseja.
Algunos expertos consideran muy difícil que Suez dé marcha atrás mientras quien decidió la entrada en Aguas de Valencia continúe ocupando su actual cargo. En ese caso, los socios mayoritarios tratarían de comprar el paquete accionarial de Suez. La otra salida sería que Agval se convirtiera en punta de lanza de Suez en Valencia, en una suerte de franquicia que la sociedad mayoritaria no acepta.
Claves sobre el pulso hídrico
- La sociedad mayoritaria, Agval (60,67 de las acciones) no quiere que Suez (33%) esté representada en el consejo de administración por ser competencia en tanto que accionista de Aguas de Barcelona, en la que posee el 1,4% directo y el 47,19 indirecto a través de Hisusa.
- Aguas de Valencia controla el 80% del mercado hídrico de la provincia de Valencia, mientras que el 60% del mercado de la provincia de Alicante es de Aguas de Barcelona.
- La principal baza de Agval es una sentencia que impidió a Acciona que se sentase en el consejo de administración de FCC por considerar el juez que ambas tenían idéntico objeto social y eran competentes entre sí.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.