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Touriño ofrece a Calderón actuar como puente entre España y México

El presidente mexicano subraya el papel de Galicia en el comercio con su país

El presidente de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño, expuso en la madrugada de ayer, hora española, a su homólogo mexicano, Felipe Calderón, su aspiración de que Galicia sea un puente estratégico en la relación entre España y México.

Calderón destacó la fortaleza de la relación bilateral, que recibió un empuje en la visita que realizó en julio pasado el presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero. El comunicado oficial mexicano subraya el papel destacado de las comunidades autónomas españolas, como es el caso de Galicia, "que tiene una importante participación en las relaciones de comercio e inversión entre ambos países".

Brasil, Argentina y México, los tres polos de la proyección exterior
Touriño invita al presidente mexicano a visitar Galicia en 2008

Los dos presidentes coincidieron en que el aprovechamiento del Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea permitirá estrechar la relación económica entre México y Galicia. "Tenemos una oportunidad de desarrollo extraordinario", apuntó Touriño. El presidente de la Xunta dejó sentado que la proyección exterior de Galicia pasa por tres grandes países de Latinoamérica: Brasil, Argentina y México. Los tres, con numerosas colectividades gallegas.

El presidente gallego recordó, en este sentido, que con el presidente Calderón habló de temas similares a los que conversó con el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el argentino Néstor Kirchner, en pasados viajes a sus respectivos países. Touriño está convencido de que Galicia puede desempeñar un papel destacado en el contexto de las relaciones de España con América Latina.

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Los dos dirigentes abordaron las oportunidades de cooperación en materia de negocios, en los sectores textil, inmobiliario, aeronáutico, médico y de cooperación tecnológica. También hablaron de la celebración del Bicentenario de la Independencia de México y su posible relación con la Cidade da Cultura en Santiago. Touriño invitó formalmente a Felipe Calderón a visitar Galicia aprovechando su viaje a España, con motivo de la inauguración de la Expo de Zaragoza, el próximo 14 de junio.

Ayer, el presidente de la Xunta acudió al Ateneo Español en la Ciudad de México, donde se reunió con una representación de exiliados de la Guerra Civil, entre ellos varios Niños de Morelia, que llegaron a esta ciudad del estado de Michoacán en plena guerra civil y que fueron los pioneros del exilio republicano español. En el acto se proyectaron tres documentales de Carlos Velo, el cineasta gallego exiliado en México.

Hablaron Amparo Batanero, voz infatigable del centenar de Niños de Morelia que siguen con vida, Arturo Souto Alabarce, hijo del pintor exiliado Arturo Souto, y Pérez Touriño. El presidente de la Xunta rindió homenaje "a la hospitalidad del país que acogió a la España peregrina". Recordó las palabras del escritor colombiano Álvaro Mutis, con residencia en México: "En dondequiera que se viva, como se quiera que se viva, siempre se es un exiliado. Somos exiliados de nuestra infancia, de nuestra vida misma". En contra de su voluntad, Mutis no pudo acudir al acto del Ateneo Español por razones de salud.

En un discurso emotivo, Pérez Touriño habló del "México hospitalario que antes había acogido a miles de emigrantes gallegos", que "se convirtió en una isla de libertad en la que se refugió Galicia en tiempos de guerra". El jefe del Ejecutivo gallego recordó el recibimiento que México dispensó "a los españoles del éxodo y del llanto, entre ellos muchos gallegos", y describió la actitud del gobierno del general Lázaro Cárdenas como "un grito de dignidad, como una llamarada solidaria entre las cenizas de un mundo convulso".

Homenaje a la cultura del exilio

De los gallegos que, aún niños, hallaron refugio en México, el presidente de la Xunta recordó ayer en el Ateneo Español algunos nombres. "Hombres y mujeres que supieron incorporar sabia mexicana a sus raíces gallegas, como Luís Soto, Carlos Velo, Arturo Souto, Francisco Comesaña, Florencio Delgado Gurriarán, Elixio Rodríguez o la familia de Xohán Vicente Viqueira, cuyos hijos y nietos reafirman, con su presencia en este acto, su compromiso de seguir alimentando las turbinas de la galleguidad que a todos nos une por encima de las fronteras".

Hizo una mención especial al pintor Arturo Souto, "que falleció cuando preparaba el equipaje para regresar definitivamente a Galicia", y al vigués José Frau, que inició el destierro con una exposición de su obra en el Ateneo Español.

En la intervención del presidente de la Xunta desfilaron otros nombres ilustres. Gallegos destacados en las letras y la literatura, como Florencio Delgado Gurriarán, cofundador de Vieiros y miembro no numerario de la Real Academia Galega. "O como Lorenzo Varela, acogido por Octavio Paz en la revista Taller e impulsor de una memorable publicación, Romance, antes de establecerse en Buenos Aires. O como Rafael Dieste durante su etapa mexicana, o Alejandro Finisterre, o Ángel Lázaro, o Víctor Rico Galán". Otros corrieron peor suerte, como José Almoina Mateos, asesinado por orden de Trujillo en las calles de la Ciudad de México, tras escribir una violenta diatriba contra el dictador dominicano, titulada Una satrapía en el Caribe.

Mencionó también al cineasta Carlos Velo, no sólo por los tres documentales que se proyectaron ayer, sino también por la adaptación para el cine de Pedro Páramo, de Juan Rulfo. Galicia prepara un homenaje con motivo del próximo centenario de Velo. Realizadores, fotógrafos, científicos, antropólogos, educadores, economistas, arquitectos, músicos, periodistas, gallegos todos que recibieron abrigo en México, fueron recordados por el presidente de la Xunta, "en nombre de Galicia".

"Qué hilo tan fino, qué delgado junco -de acero fiel- nos une y nos separa, con España presente en el recuerdo, con México presente en la esperanza", leyó el poeta Pedro Garfias en la cubierta del Sinaia, cuando hacía su entrada en el puerto de Veracruz, en junio de 1939, repleto de hombres y mujeres que emprendieron el camino del exilio. Con estas palabras concluyó Touriño.

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