Ilan Wolff, "el mago de la fotografía", imparte un taller en Sevilla

Aristóteles fue el primero en construir una cámara oscura para comprobar sus teorías sobre la luz. Leonardo da Vinci utilizó este instrumento óptico como un elemento auxiliar para el dibujo. Artistas de los siglos XVI y XVII hicieron de la cámara oscura un factor importante en su creación de pinturas y bocetos. La cámara oscura es un aparato óptico que consiste en una caja cerrada y opaca con un orificio en su parte anterior por donde entra la luz, que reproduce dentro de la caja una imagen invertida de la escena situada ante ella.

La cámara oscura ha pasado por los siglos como una suerte de piedra de toque para las inmensas posibilidades de transformación que ofrece la realidad y su imagen. Los mecanismos ancestrales de este aparato legendario culminaron en la fotografía actual. El Centro Andaluz de la Fotografía, en colaboración con la Facultad de Comunicación de Sevilla, ha organizado un taller que imparte a lo largo de la semana el fotógrafo israelí Ilan Wolff. Basado en la técnica de la cámara oscura, el taller permite a los alumnos captar una imagen con una simple caja de zapatos. El taller La magia del fotograma y la técnica de la estenopeica, que comenzó ayer y concluirá el próximo viernes, se imparte a una veintena de alumnos a lo largo de cinco horas diarias. El director del Centro Andaluz de la Fotografía, Pablo Juliá, presentó ayer en la Facultad de Comunicación a Wolff como "el mago de la fotografía".

Wolff señaló: "En este taller me dedicaré a hacer fotografías con latas a las que haré dos o tres orificios". "Mi idea es que, con la fuerza del ser humano y la energía de la naturaleza, puedo crear fotografías. Y ahí está la base de la fotografía", comentó Wolff. El fotógrafo israelí detalló tres creaciones que marcan su taller: los calorigramas, los pinogramas y los naturogramas. Los calorigramas se crean a partir del calor. Los pinogramas requieren una combinación de cámara oscura y fotogramas. Y los naturogramas se elaboran con hojas de los árboles, plantas, flores, arena e insectos. Wolff desarrolla estos días sus técnicas con el mismo afán de conocimiento que los sabios antiguos alentaban en sus discípulos.