Ronaldinho reparte besos otra vez
La última vez que Eto'o jugó en el Camp Nou se lesionó. Era el Gamper, el 29 de agosto, así que ayer, 99 días después de la lesión reapareció en el estadio azulgrana. Salió de titular, para sorpresa del personal y jugó 63 minutos, formando ataque con Messi, activo pero controlado por el sistema defensivo de Lotina, y junto a Ronaldinho, que recuperó la titularidad. Víctima de su grandeza, cualquier detalle que rodea al brasileño lo eclipsa todo, así que la gente que acudió al Camp Nou estuvo más pendiente del gaucho que de nadie.
Marcó su séptimo gol del curso, otra vez de penalti. La afición consideró que progresa adecuadamente y le premió con aplausos tan pronto comprobó que algo ha empezado a cambiar. "Está trabajando bien, con ganas de dar la vuelta a la situación y recuperar el punto de forma", aseguró Eusebio Sacristán, miembro del cuerpo técnico, antes de empezar el partido.
Le sigue faltando un punto, y Ronaldinho sigue con problemas en el uno contra uno y añora una marcha para salir disparado. Pero es cierto que mantuvo mejor el balón, que sólo perdió seis veces en el primer tiempo y que jugó en 29 ocasiones, y que dio buenos pases, especialmente a Sylvinho. La afición espera a Ronnie con los brazos abiertos. Incluso en sus peores partidos de esta temporada en el Camp Nou, escuchó aplausos para combatir los pitos. Así que se le agradecieron hasta las ganas de hacer cosas. Durante el encuentro, se le premió con la misma devoción un pase de tacón que tirarse al suelo a lo Neeskens, para evitar que un balón se perdiera por la banda. Ronaldinho volvió al Camp Nou y devolvió el cariño con besos a la grada tras convertir en gol el penalti cometido sobre Iniesta. En la memoria sigue el recuerdo de noches con fuegos artificiales, y a la afición le bastó con eso para irse contenta a dormir.
