El pintor y editor cubano Nelson Villalobos expone sus creaciones inspiradas en Vigo
Dice que le inspiran las ciudades y la que habita desde hace cinco años le ha servido de musa creadora del genio que transmiten sus trabajos más recientes, expuestos desde ayer en la Casa das Artes de Vigo. El cubano Nelson Villalobos, pintor, escultor, dibujante y serígrafo, muestra también su mirada propia sobre Vigo, ciudad en la que recaló tras La Habana, Madrid y Barcelona.
Ciudad y representaciones confluyen en su trazo. "No pinto de acuerdo con lo que mis ojos ven, lo que hago es una transposición visual de lo que pinto. La serie panoramas de Vigo, por ejemplo, es una cierta idea de la ciudad donde vivo y pinto con mi familia y amigos, como el poeta Carlos Oroza, quien aparece en algún retrato como gran paseante que es por sus calles. Vigo es una ciudad de caos, de esquinas, de luz, de mar, de humedad, de colores y de poesía. Es la ciudad que pienso, no la ciudad perceptual que produce mi visión", indica. La geometría es el valor predominante en este conjunto de obras.
Hasta mediados de enero estará abierta la muestra, articulada en series de cuadros, el modo preferido por el artista para trabajar porque, lienzo a lienzo, desarrolla sus reflexiones: "Cada serie tiene una cantidad de obras, de sentimientos que van cambiando para avanzar y en otras se retrocede para volver a empezar". Además de la serie geométrica, Islas se compone de dibujos a lápiz y acuarela sobre cartulinas y en otro ciclo escoge las formas circulares para configurar las mitologías urbanas nacidas de su disciplinado talento. "Estas obras me han costado 49 años realizarlas, nunca he pintado con apremio, sí con mucho trabajo diario y con emoción", reflexiona el artista.
Algunos trabajos expuestos alcanzan dimensiones monumentales de dos por dos metros y hay hasta seis paneles que miden cuatro metros de largo. En ellos, la vista se queda atrapada en la explosión del color, el rasgo que unifica una obra variopinta concebida como "un himno al color y a la luz"·. Una gran instalación realizada ad hoc ocupa el centro de sala. Jardín reúne 70 piezas sobre el arco iris. Son esculturas de cartulina serigrafiada que, según Villalobos, recrean el símbolo del infinito y que, en cierto modo, recuerdan a las cadenetas infantiles recortadas en papel continuo.
Nacido en Cienfuegos en 1956, Villalobos se licenció en pintura y se graduó en escultura por el Instituto Superior de Bellas Artes de La Habana. En la capital cubana participó en la fundación, junto con otros artistas, del prestigioso taller de serigrafía René Portocarrero, desde su nacimiento en 1983 y hasta 1988. Portocarrero, el gran pintor de la tradición afrocubana, también destacó como ilustrador de libros. A ese oficio sigue dedicándose Villalobos desde su estudio vigués con mimo de artesano.
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