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Reportaje:

Los fines de semana, montaña

La Vuelta busca ganar audiencia en medio de la crisis del ciclismo

Carlos Arribas

Un artista tenebrista, un Caravaggio cualquiera, habría hallado inspiración casi sin querer, alimento para su alma creativa, asistiendo ayer en Madrid, mañana radiante de otoño, a la presentación de la Vuelta 2008, año III de la Operación Puerto.

Entre el público, entre las sombras, había managers de equipos que seguramente desaparecerán, como los del Relax-Fuenlabrada, que quiso rehabilitar a algunos de los implicados en la Operación Puerto -Sevilla, Mancebo, Santi Pérez, Vicioso- y que se encuentra un año después sin sponsor y sin reemplazante. Con lo que tienen no llegan ni al millón de euros, demasiado escaso para mantener una estructura en la que destacó el año pasado el corredor Dani Moreno, que a ver dónde corre ahora. Había más ciclistas jóvenes y en paro, víctimas primeras de la crisis: los pocos equipos grandes -Caisse d'Épargne, Euskaltel, Saunier- no los quieren porque las exigencias de la competición no les permiten trabajar con promesas (extremando el punto, podría pensarse que en las circunstancias actuales, Indurain no habría tenido la oportunidad de debutar en la Vuelta a los 20 años, sino que necesitan corredores consolidados.

También en la penumbra observaban discretos el despliegue de etapas previstas las figuras del pelotón, muchos de ellos como quien ve una película en la que no piensan actuar: Carlos Sastre, por ejemplo, dijo que si corre el Giro, imposible verle en la Vuelta (y su director, Bjarne Riis, anunció la víspera que este año Sastre, segundo en la Vuelta, debería preparar el Tour en el Giro); Denis Menchov, el ganador de 2007, también estuvo hace una semana en la presentación de la carrera italiana y dejó en el aire su participación; y Alberto Contador, el ganador del Tour, bromeó con el director de la Vuelta, Víctor Cordero, diciéndole que le había gustado mucho el recorrido, que se lo guardaran para 2009, que en 2008 lo veía complicado. Al menos Valverde y Pereiro sí que pensaban en la Vuelta. Para ellos, un recorrido pensado como tres excursiones de fin de semana a la montaña -el primero a los Pirineos, con Andorra y Cerler; el segundo a Picos de Europa, con Angliru y Estación de Fuentes de Invierno; y el tercero, Navacerrada dos veces- unidas por una serie de etapas de transición por Andalucía y las dos Mesetas. Toda la montaña, buscando maximizar la audiencia televisiva y en las cunetas, tan baja en 2007, se subirá en sábado y domingo. Y los viernes, descanso.

Quien no estaba, ni en lo claro ni en lo oscuro, era nadie de la UCI, con quien está reñida la Vuelta. La carrera española, como el Tour y el Giro, ya no forma parte del ProTour y elegirá los 20 equipos de entre 27 candidatos, atendiendo en primer lugar a criterios éticos.

Valverde, Sastre, Menchov, Pereiro y Contador, en la presentación de la Vuelta a España 2008.
Valverde, Sastre, Menchov, Pereiro y Contador, en la presentación de la Vuelta a España 2008.EFE

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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