La gran noche de Gento

Sin Casillas, Raúl, Robinho, Sneijder, Sergio Ramos y los lesionados Heinze y Van Nistelrooy, el protagonista de un invernal Trofeo Bernabéu fue Paco Gento. El histórico extremo izquierdo del Madrid recibió un homenaje en Chamartín por su inalcanzable trayectoria europea. Es el único jugador que ha ganado seis Copas de Europa. La última, en el año 1966, precisamente contra el Partizan de Belgrado, el adversario escogido por el Madrid anoche.

Gento tiene 73 años, pero hay algunos jugadores a los que el paso del tiempo no deja huellas. Es el caso, por ejemplo, de Paolo Maldini, que ha jugado el mismo número de finales de la Liga de Campeones que Gento (ocho) y es el caso también del jugador retirado del Real Madrid, que anoche se abrió paso en el césped entre las notas de Yesterday, las imágenes en blanco y negro de algunas de sus proezas con el balón proyectadas en las pantallas del estadio y las seis Copas de Europa perfectamente colocadas en el centro del campo. "Ayudó a situar al Madrid en la cima del mundo", dijo el locutor del campo antes de que Gento hiciera el saque de honor.

Sin embargo, la mejor descripción de Gento la hizo Fernando Mendiguchía, Mendi, la persona que le descubrió. "Con siete años corría por el campo detrás de las becerras como un rayo".

Ya le hubiera gustado a Schuster contar con un jugador de banda tan rápido. Para el partido de ayer, el alemán decidió prescindir de los que nunca descansan -Rául, Casillas, Sergio Ramos y Robinho- y dio una oportunidad a Drenthe, Saviola e Higuaín colocando a éste último donde más cómodo se siente, en el área. De Roberto Soldado, ninguna noticia. El canterano no sale de titular ni siquiera en los amistosos y anoche apenas disputó una media hora de partido.

Algunos cumplieron más que otros. Es el caso de Baptista que volvió a jugar en el eje, por delante de Gago, pero esta vez en la derecha y que se reivindicó con un gol. Es el caso de Robben, que necesita disputar minutos para recuperar su mejor estado de forma y demostró que no está muy lejos de ello. Es el caso de Higuaín, que por mucho que falle delante de la portería -justo allí donde él quiere jugar- se mueve como nadie y ve a sus compañeros como nadie.

No es el caso, sin embargo, de Drenthe y Saviola. A día de hoy nadie sabe qué es lo que aportan al equipo. En agosto parecía que si el club no fichaba al holandés, no se podía empezar la Liga. Y, tres meses después, sigue sin saber en qué dirección correr cuando está en el campo. Excepto, claro está, cuando es Guti quien lo lanza a portería. Saviola sí se sabe colocar pero falla hasta en controlar a la pelota. Muy pocas veces lo hace a la primera. Si Schuster quería sacar conclusiones de los suplentes, seguro que se fue del Bernabéu con las ideas muy claras y con una victoria por 2-0.