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Reportaje:

Lopera devora otro técnico

El Betis apenas ha evolucionado pese a haber tenido a varios de los entrenadores más importantes en la última década

El Betis, la directiva del Betis, el propietario del Betis, Manuel Ruiz de Lopera, decidieron en la madrugada de ayer que la cabeza del técnico argentino Héctor Cúper suponía el precio menor -aunque caro: cerca de tres millones de euros espera recibir el suramericano como finiquito de un contrato firmado por dos años y roto por el patrón de manera unilateral tras apenas cinco meses- que se podía pagar con vistas a vender algo de ilusión a la parroquia antes del fin del año y, sobre todo, antes de la junta de accionistas, prevista para mediados de este mes.

Lopera, tanto cuando fue presidente del club como cuando, tal que en estos días, tan sólo ejerce de propietario, casi siempre ha encontrado en el entrenador su particular sacrificio necesario. Desde que comprara la mayoría de las acciones del club, por el banquillo bético han pasado muchos de los más ilustres técnicos del mundo. Por ejemplo, el actual seleccionador español, Luis Aragonés -pidió la baja él mismo-; el de Rusia, el holandés Guus Hiddink, o uno de los mejor pagados en estos momentos y alma del equipo campeonísimo del archienemigo Sevilla, Juande Ramos, hoy en el Tottenham, han pasado por el club. Eso sin olvidar a Llorenç Serra Ferrer, Víctor Fernández, Javier Clemente, Fernando Vázquez, Javier Irureta...

El Betis de Lopera siempre ha presumido de entrenador. Casi con el mismo ardor con el que los ha decapitado. Parece difícil que tantos y tan diferentes técnicos hayan fallado en lo mismo. Pero la autocrítica no cunde en Heliópolis.

Sólo en las dos últimas temporadas el Betis ha fagocitado a entrenadores tan respetados como Víctor Fernández, Serra Ferrer, Irureta, Luis Fernández o el propio Cúper. Lo único que el trabajo de éstos tiene en común es su fracaso en el Betis. Curiosamente, en el club de lo único que no se duda es de las estructuras y de las decisiones. Siempre falla el otro. Siempre es el de fuera el que no llega a comprender al equipo o a la propia institución.

La contratación de Paco Chaparro como responsable técnico del primer equipo ha sentado bien entre los aficionados. El ahora técnico del filial, en Segunda B, y que dirigió al equipo en la victoria bética en El Sardinero, en la última jornada de la Liga pasada, contra el Racing y que supuso la permanencia del equipo en Primera, de 65 años, es un hombre de club que, por méritos propios, dispondrá de un cierto grado de paciencia, del que, sin duda se aprovechará la actual directiva. Chaparro tendrá a su lado, como segundo, a Juan Merino -deja la secretaría técnica- y Carmelo del Pozo será el preparador físico.

El flamante entrenador habló ayer con un realismo interesante. "Cuando algo está tan mal, lo único que queda es ir a mejor", sentenció Chaparro, que reconoció: "El equipo no se encuentra bien y hay que hacer funcionar la cabeza para que se sienta con posibilidades de competir y ganar. Es básico recuperar a los jugadores psicológicamente".

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