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El policía y los tiroteados se acusan mutuamente de acoso

El agente permanece detenido en la comisaría de Fuenlabrada

Ninguna silla libre quedaba en la sala de espera de la UCI del hospital de Getafe ayer por la tarde. En el pasillo de acceso se agrupan decenas de amigos y familiares de Alejandro G. C., de 21 años, el hombre que recibió un tiro en la cabeza disparado por un policía a las cuatro y veinte de la madrugada del sábado. Muchos de los que esperan fuera no superan los 25 años. Casi todos visten igual, con vaqueros y sudadera deportiva. Esperan noticias del joven tiroteado en un polígono industrial de Fuenlabrada.

Entre ellos hay varios testigos. Los dos conductores de los taxis, que tampoco estaban trabajando sino que habían salido de fiesta con sus amigos, están entre ellos. Los familiares de Alejandro están con él en el hospital. Sigue sedado y en estado muy grave.

Raúl, de 22 años, uno de los conductores, se sienta en el suelo y explica cómo "un tipo en un Opel Astra" comenzó a acosarles cuando se dirigían a Toledo desde Madrid. "Se ponía delante y frenaba. Detrás, y aceleraba. Se ponía en paralelo y trataba de echarnos hacia el arcén", cuenta, "incluso llegó a hacernos parar en mitad de la autopista. Mi hermano venía en otro taxi con otros dos colegas".

Según su relato, en el camino hacia Fuenlabrada el agente les amenazaba y les mostraba la placa y la pistola a través de la ventanilla. "Pensábamos que era de juguete", recuerda. "Cuando el taxi de mi hermano nos alcanzó, el Opel Astra fue a por él y vi cómo le embestía para que se fuera hacía la derechade la calzada. Los dos se salieron por la vía de servicio, hacia el polígono. Yo les seguíy me detuve detrás de ellos", añade.

Raúl afirma que cuando bajó del coche vio que el policía, que conducía un Opel Astra, tenía la pistola en la mano. Cuando disparó, Raúl corrió hacia él para detenerle. Sus amigos comenzaron a golpear al agente. Raúl dice que el policía perdió el control del arma y lanzó otros cinco tiros, uno de los cuales le alcanzó en el hombro. Una de las balas fue a parar a la cadera de su amigo Francisco B. D. Entonces se dieron cuenta de que Alejandro estaba herido en la cabeza, tirado en el suelo y rodeado de un charco de sangre.. El agente comenzó a disculparse y llamó a Emergencias 112.

El policía ha sido detenido. Culpa a los jóvenes que conducían los taxis de acoso en carretera. Y precisa que tras detenerse en un polígono industrial, los seis jóvenes se acercaron a él con actitud agresiva y que se sintió amenazado y sacó el arma para reprimir una posible agresión. Según su testimonio, el agente temió que los jóvenes se la arrebataran y disparó al suelo para dejar el cargador vacío. La Policía Científica trabaja para determinar la trayectoria de los disparos y reconstruir los hechos.

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El Cuerpo Nacional de laPolicía investiga el comportamiento del agente para determinar si su actitud puede dar lugar a responsabilidades disciplinarias. La Policía Científica investiga la trayectoria de los disparos y trata de reconstruir los hechos.

Según informaron familiares y amigos del hombre que permanece ingresado, ayer por la tarde Alejandro fue sometido a una intervención quirúrgica y permanecerá en observación durante 48 horas.

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