Un fuerte olor a gasóleo obliga a cerrar un colegio

Un fuerte olor a gasóleo dejó ayer sin clase a los 600 alumnos del colegio público José Ortega y Gasset de Madrid y provocó mareos y vómitos a las cocineras del centro, según explicó la directora del colegio, Ana María Ortega Ruiz, quien relató que fueron las cocineras las que llamaron sobre las seis de la mañana al teléfono de Emergencias 112 para avisar de que un fuerte olor a gasóleo salía de varios sumideros y afectaba a todas las instalaciones del colegio.

Inmediatamente, un equipo sanitario se desplazó hasta el lugar y atendió a las trabajadoras de la cocina -el lugar del colegio donde el olor fue más intenso-, que presentaban dolores de cabeza y vómitos como consecuencia de leves intoxicaciones por culpa del gasóleo.

Ante esta situación, la dirección del centro decidió que se desalojara a los niños que ya estaban dentro del colegio desde las 7.30 y se cerraran las puertas para que los que empezaban sus clases a las 9.00 no entrasen.

Ningún niño afectado

"Los padres han entendido la situación y se han llevado a los niños a casa", afirmó la directora, quien aseguró que ningún niño resultó intoxicado. Según señaló, "no era la primera vez que sucedía", ya que "el martes de esta semana y el miércoles de la pasada" el personal de la cocina ya se había quejado del fuerte olor a gasóleo y se había avisado a los bomberos.

No obstante, como en esas dos ocasiones el olor se había limitado a la cocina y no era tan intenso, el incidente se había resuelto con un informe a los bomberos y hasta ayer no se tomó la decisión de desalojar el edificio.

Al parecer, el olor a gasóleo procede de un derrame en las alcantarillas cercanas que se ha filtrado en el edificio, y que también afecta a los bloques de viviendas cercanos, de acuerdo con las primeras investigaciones de la Policía Municipal y Bomberos del Ayuntamiento de Madrid que se desplazaron hasta el colegio.