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Reportaje:13ª jornada de Liga

Ronaldinho, baja por cansancio

El Barça, sin comunicado médico y poco antes del partido, considera conveniente dar descanso al delantero dado su estado físico

Ronaldinho se borró del partido contra el Recreativo. A las 12 del mediodía, los futbolistas convocados por Frank Rijkaard subieron al autocar para concentrarse en un hotel cercano al Camp Nou. El gaucho no apareció. Minutos después, el Barcelona dio razones: "La lista de convocados ha sufrido un cambio. Ronaldinho es baja. Ha pasado por el Camp Nou y, visto el cansancio y la fatiga que todavía acumula, se ha creído más conveniente que descanse para estar a punto de cara al partido contra el Olympique de Lyon el próximo martes".

"Es una decisión inteligente del jugador y del staff médico. No se ha borrado", dijo el entrenador, terminado el partido, defendiendo al gran ausente. El Barcelona ya no sabe cómo actuar con él y tampoco está claro qué pretende hacer el jugador con su vida, más allá de no tener ninguna intención de entrenarse para volver a ser quien fue. "Igual tiene problemas personales", ha dicho Edmilson. Tal vez.

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No es la primera vez que Ronaldinho desaparece por sorpresa. Tras ser sustituido contra el Lyon el 19 de septiembre y escuchar pitos al dejar el Camp Nou, Ronaldinho fue convocado para recibir al Sevilla. Como ayer, la misma mañana del encuentro, el brasileño desapareció del grupo de convocados. Entonces, los nueve días de ausencia se justificaron con un parte médico: "Sufre una contractura en los gemelos". No se lo creyó nadie. A Ronaldinho no le vio nadie aquella noche en el campo. Ayer tampoco. Dijeron que estaba en el vestuario; ayer, ni eso.

En su ausencia, el Barcelona encadenó tres victorias y arraigó la sensación entre sus compañeros y el cuerpo técnico de que sin él, con Iniesta de falso extremo izquierdo (se pasa del 4-3-3 al 4-4-2 sin variar la filosofía), el equipo es más competitivo y vertical. Varios jugadores han insinuado la conveniencia de un cambio de dibujo. Lo que querían decir es que el equipo estaba esperando a que Rijkaard se atreviera a sentar al gaucho. La afición parece que también.

Por eso, ayer nadie pareció preocuparse mucho al saber que no jugaba el brasileño. "Me lo ha dicho Naval

. Es normal, esos viajes cansan", dijo Xavi, que añadió: "Sigue siendo el mejor del mundo... en su mano está". "Estoy harto de hablar de tonterías. Está cansado y punto", cerró el debate Iniesta.

Tras perder en Getafe, Rijkaard señaló a los puntas como culpables de los males que afectan al equipo lejos del Camp Nou. Mientras, el brasileño viajaba a Brasil con un parte médico del Barcelona alegando problemas en un tobillo y solicitando que, a ser posible, no jugara. Ronaldinho se entrenó 23 minutos antes del Perú-Brasil en Lima, y jugó los 90 minutos. Tres días después, en São Paulo, disputó 60 minutos contra Uruguay. Regresó a Barcelona el viernes y correteó un poco. Rijkaard le convocó y dijo que, según se encontrara Ronaldinho, decidiría si jugaba de titular o no. Desde que llegó al Barça, sólo ha sido suplente una vez en 193 partidos: fue en la Copa, ante la Gramanet, en 2003. Salió a falta de seis minutos y marcó.

"Dejarle en el banquillo se interpretaría como un castigo", avisó Deco. Ronaldinho le robó la posibilidad al entrenador de que tomara esa decisión: se borró alegando que está cansado. Una frase que remite a Romario; el baixinho vivió cansado todo un año, iba a su bola en los entrenamientos, pero metió 30 goles en la temporada. Ronaldinho hace tiempo que no se cansa porque no se entrena y sólo marca diferencias a balón parado.

En la Liga, ha sido sustituido en cinco partidos, y ha marcado cinco goles, cuatro a balón parado. En Valladolid logró el primero en jugada en los últimos seis meses. Su rendimiento es tan pobre que ha dejado de ser un problema para los rivales. "Si juega, mejor", llegó a decir el jueves Víctor Muñoz, alegando razones de previsibilidad que esconden la verdad. Físicamente está para el arrastre porque no se ejercita, y no se entrena porque no quiere.

El problema con Ronaldinho lo tiene ahora la directiva, pero no hay indicio de que Joan Laporta sepa qué hacer. El presidente se ha escudado en Txiki Begiristain y Rijkaard para que no le salpique el tema. Aseguran algunos directivos que Txiki, el director deportivo, instó a vender a Ronaldinho este verano. Se quedó porque las ofertas no se concretaron, porque el área de mercadotecnia se asustó ante la idea de perder tan poderoso reclamo y, también, por el qué dirán. Llegados a este punto, tal vez no pase de enero.

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