Comida, dinero y canciones

Una cosa es hacer huelga y otra muy diferente es protestar en Hollywood. Las razones pueden ser similares a las de cualquier otra reclamación laboral pero sólo los piquetes que forman desde hace semanas los guionistas en huelga reciben pizza repartida por la mismísima Eva Longoria.

Desde que el presentador Jay Leno abrió la veda con tres grandes cajas de donuts el 5 de noviembre, la primera jornada de un paro que tiene a la industria del espectáculo en vilo, es raro el día que los manifestantes no consiguen un pequeño toque de solidaridad. Ya sea hoy Patricia Arquette, protagonista de la serie Medium, con galletas y mañana Jimmy Kimmel, presentador y humorista que se trajo todo el menú de un restaurante mexicano, camareros incluidos, para dar una pequeña alegría a los guionistas en paro. Rachel Griffiths dedicó su descanso en el rodaje de Brothers & Sisters para llevarles café lo mismo que hizo William Baldwin días más tarde desde su descapotable cuando iba de camino al rodaje de la nueva serie Dirty Sexy Money.

Comida no es lo único a repartir en este paro que según un estudio de la empresa Film LA le está costando a la ciudad de Los Ángeles una media de 21,3 millones de dólares al día en ingresos no percibidos, no sólo entre los huelguistas, sino entre todos aquellos cuyos trabajos se han visto afectados por esta protesta laboral. Sandra Oh, de Grey's Anatomy, junto a Lily Tomlin (El último show, la última cinta del fallecido Robert Altman), subieron al escenario como portavoces de la marcha en Hollywood, mientras que la cantante Alicia Keys interpretó allí mismo dos canciones para darle un toque más festivo a una protesta que duró más de hora y media. "Yo también escribo", recordó.

Claro que el regalo más sonado fue el que esta semana ofreció George Clooney, siempre galante, caballero y solidario, al hacer entrega de un cheque por 25.000 dólares al Fondo de Actores con sede en Nueva York para ayudar a los guionistas en paro. "Sólo espero que la gente que puede permitírselo se responsabilice y eche una mano", comentó animando a sus compañeros a rascarse los bolsillos en lo que anunció serán donaciones periódicas.

De momento, nadie más ha seguido sus pasos, pero la comida sigue llegando. Especialmente de los actores de televisión como Ray Romano, de la serie Everybody Loves Raymond, que llevó un desayuno contundente al estilo neoyorquino: pan, crema de queso y zumo de fruta. Y el que fue su compañero de reparto en la misma serie, Brad Garrett, se ofreció de camarero aprovechando "sus años de experiencia" en esa profesión tan común entre los actores en paro.