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El PSdeG preside la Fegamp tras una asamblea marcada por la división

El jefe del Gobierno pide consenso y anuncia la reforma de la financiación local

El lema rezaba "Voz única del poder local", pero la VII asamblea de la Federación de Municipios e Provincias de Galicia (Fegamp) se convirtió en un coro dispar. En un cónclave marcado por la división, el PSdeG rentabilizó el poder acaparado tras las últimas elecciones municipales, al conseguir la presidencia de la Fegamp para el alcalde de Ames, Carlos Fernández Castro.

Lejos del consenso de otras asambleas, PSdeG, PP y BNG presentaron ayer tres listas distintas. El voto ponderado ofreció un resultado de 880 apoyos para los socialistas, 692 para los populares y 218 para los nacionalistas. La ejecutiva quedó así compuesta por nueve alcaldes del PSdeG, seis del PP y dos del Bloque. Todos ellos forman parte también del nuevo consejo federal, integrado en total por 29 socialistas, 18 populares y ocho nacionalistas. La primera vicepresidencia será para el PP y la segunda, para el BNG.

En su discurso a la asamblea, el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, reclamó consenso y anunció la próxima reforma de la financiación local para dotar a los ayuntamientos de más medios. También Carlos Fernández realizó en su primera intervención como presidente de la Fegamp un llamamiento a "limar asperezas" en la nueva etapa que se abre.

Las diferencias entre socialistas y nacionalistas, originadas por la distinta interpretación del pacto bipartito para configurar una presidencia rotatoria, hicieron imposible el consenso. El PSdeG se desentendió de su compromiso por la negativa del PP a participar en las rotaciones. El BNG, por su parte, descartó sumarse a la lista encabezada por Fernández.La única incertidumbre de la asamblea la suscitó el anuncio del PP de presentar dos listas y repartir sus votos, finalmente, no consumado. De haberlo hecho, los populares hubieran apeado al BNG de las dos vicepresidencias. "Les vamos a perdonar la vida", se justificó el presidente saliente, Xosé Crespo, del PP. Su sucesor, Carlos Fernández, tendrá al alcalde de Ponte Caldelas, Perfecto Rodríguez, del PP, como vicepresidente primero, mientras que el BNG se conformará con la vicepresidencia segunda, que recae en el regidor de Allariz, Francisco García.

Por si las diferencias entre los tres principales partidos fuesen insuficientes, la asamblea se aderezó con un conato de rebelión de los alcaldes independientes, enojados por haberse quedado fuera de los órganos de dirección. En representación de 13 de ellos, el de Rábade, Francisco Xosé Fernández, acompañado por el de Oleiros, Ángel García Seoane, calificó el desarrollo de la asamblea de "puñalada", de la que culpó principalmente al PSdeG. Los independientes recordaron que representan a "casi 100.000 gallegos" y estudian abandonar la Fegamp.

Ante semejante panorama, el nuevo presidente de la Fegamp consideró oportuno estrenarse con una intervención conciliadora. Ofreció su "mano tendida" para "limar cualquier pequeña aspereza o pequeño fleco", ya que la unión es "la gran fuerza que puede refrendar el trabajo" de la federación. Fernández, que gobierna Ames en minoría tras fracasar sus negociaciones con el BNG, prometió incrementar el protagonismo de las diputaciones y del consejo federal.

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También Emilio Pérez Touriño hizo, en su discurso de apertura de la asamblea, un llamamiento a pasar página y apostar por el consenso, en su opinión, el principal valor de la federación municipalista. El acuerdo de los partidos debe ser una "condición ineludible" que "guíe el nuevo rumbo" de la entidad, afirmó el presidente de la Xunta.

Junto a este llamamiento, Touriño anunció a los alcaldes un cambio en la financiación de las haciendas locales de la que dio pocas pistas. Sólo dejó entrever que la reforma incrementará la capacidad recaudatoria de los ayuntamientos, al abogar por un ejercicio de pedagogía entre los ciudadanos, para fomentar "una cultura del esfuerzo fiscal". El titular de la Xunta apostó por acompasar esos cambios con la "necesaria" reforma de la financiación autonómica. Cerró la asamblea el vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, que restañó las heridas con el PSOE con una intervención en la que apeló al "espíritu de la generosidad política".

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