El centro que interesó a Google
El Instituto Tecnológico de Informática factura cuatro millones de euros
El Instituto Tecnológico de Informática (ITI) de Valencia llevó a cabo recientemente la demolición de un mito que pasó desapercibida: la idea occidental de que todos los chinos son iguales. No se lo parecen, al menos, al ojo objetivo de una máquina. El sistema de reconocimiento facial desarrollado por el instituto de Valencia distingue mejor a los orientales que a los europeos. Y no se trata de un método poco fiable; una empresa suiza ganó el año pasado con él un concurso internacional convocado por el Instituto Nacional de Justicia de Estados Unidos, que tiene la intención de instalarlo como sistema de seguridad en todos los aeropuertos del país. La noticia fue recibida en el ITI con alegría, pero no con sorpresa. Hace tiempo que lo primero que hacen los ingenieros al llegar al trabajo es detenerse delante de un aparato parecido a un cajero automático, esperar dos segundos y ya está, han fichado.
El ITI funciona como asociación empresarial y da servicios avanzados
El sector de las TIC factura el 2% del PIB valenciano, afirma la gerente
El instituto, enclavado en la segunda y cuarta planta de la Ciudad Politécnica de la Innovación, en el campus de Vera, depende de la Universidad Politécnica y del Instituto de la Mediana y Pequeña Industria Valenciana. Pero eso es en el plano orgánico y oficial. En la práctica, el ITI cuenta con bastante autonomía. Tiene 160 empleados, factura cuatro millones de euros al año, contrata con compañías de medio mundo -el sistema de reconocimiento facial despertó un considerable interés en una feria tecnológica celebrada hace pocas semanas precisamente en China-, y lo hace partiendo de una desventaja básica: el centro tiene como principio no competir con las empresas, por lo menos con las valencianas.
Una de sus funciones consiste de hecho en actuar como una asociación empresarial del sector TIC valenciano, al que las compañías se dirigen a pedir asesoramiento o proyectos tecnológicos específicos. ¿Pero existe ese sector? Laura Olcina, gerente del ITI, asegura que sí y que factura el equivalente al 2% del PIB valenciano. Eso representa un peso mayor por ejemplo que el de la madera. "Hemos contribuido a crear una patronal para eso, para que se nos tenga más en cuenta".
Cuando hace siete días los ingenieros de Google visitaron la Universidad Politécnica en su gira española para reclutar personal, preguntaron concretamente por el ITI. No es raro. Franz Och, uno de los jefes de traducción de la compañía estadounidense en Europa, estuvo trabajando en el instituto. Y eso tampoco es raro. José Manuel Bernabeu, ex director científico del instituto, ocupa desde hace cinco años un puesto de alta dirección en la sede central de Microsoft, en Redmond.
El comunicado de la visita de Google afirmaba que la compañía acudía a la Politécnica a fichar titulados. Laura Olcina sabe ya, sin embargo, que cuando regresen, el 13 de diciembre, para entrevistar a los preseleccionados, se llevarán también a alguno de sus investigadores.
"Nosotros debemos ofrecer alta tecnología al sector más avanzado en esos momentos en la Comunidad Valenciana y eso significa contar con muchos años de investigación. En el último mes hemos contratado a cerca de 20 personas, y nos cuesta mucho encontrar a personal muy cualificado. Desde que se incorporan hasta que son rentables pasan siete u ocho meses de formación. Y si al cabo de ese tiempo la persona se nos va, nos hace polvo", dice Olcina.
Afortunadamente, sigue, a la larga tiene sus compensaciones: "Hay trabajadores que entran, al cabo de unos meses se van a una gran compañía y luego regresan con una experiencia que nos aporta mucho".
La propietaria del mayor buscador de la Red se interesó también por el traductor de páginas creado en el ITI. Miguel Fuster, su subdirector hace una demostración. Escribe en el programa la dirección de ELPAÍS.COM y en unos segundos todo su contenido está traducido: "El Govern de Gordon Brown...". El prototipo, que ya se está versioneando en otros idiomas, traduce del castellano al catalán y viceversa.
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