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Los escoltas de López Benjumea desmontan la tesis del espionaje

El ex presidente de la caja nunca dijo a sus guardaespaldas sentirse vigilado

Reyes Rincón

Los escoltas del ex presidente de Caja San Fernando de Sevilla, Juan Manuel López Benjumea, contradijeron ayer a su antiguo jefe y le desmontaron la teoría que lleva esgrimiendo desde el 29 de noviembre de 2001, el día en el que el diario El Mundo publicó que Manuel Chaves y otros cargos del PSOE habían ordenado espiar a Benjumea.

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El ex presidente de Caja San Fernando ha mantenido en todas sus declaraciones hasta ahora que llevaba meses sintiéndose seguido y que empezó a alarmarse cuando se lo comunicó a sus escoltas y estos le revelaron que ellos sospechaban lo mismo. Pero uno de los guardaespaldas que protegía a Benjumea sostuvo ayer ante el juez que "en ningún momento" el presidente de la caja les dijo sentirse vigilado. Los abogados le recordaron que en su primera declaración en la Fiscalía había afirmado que en "algún momento" Benjumea les había alertado, pero el escolta se mostró contundente: "En ningún momento nos dijo nada".

El escolta dio también la vuelta a otro argumento de la defensa, que intenta demostrar que el falso espía Antonio Castellano llegó detrás de Benjumea a un bar al que el cajero fue a tomar café y donde, asegura, descubrió a la persona que le seguía porque le miraba fijamente. Según los escoltas Castellano no hizo "nada extraño" y, además, "ya estaba en el bar" cuando Benjumea llegó. "Aquel hombre ya estaba allí", aseguró el guardaespaldas.

Actitud sospechosa

Otro compañero en las tareas de protección a Benjumea reconoció que le llamó la atención Castellano porque lo había visto una vez a las puertas de la sede de la caja. "Pero por esa calle pasa muchísima gente", señaló el escolta. Y mientras Benjumea y su hombre de confianza han declarado que aquel hombre que estaba ante la sede mantenía una actitud sospechosa y tomaba notas, los escoltas aseguraron ayer que Castellano "no hacía nada". El segundo guardaespaldas sostuvo también que "en ningún momento" detectó que le siguiera ni el coche de Castellano ni ningún otro.

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Por su parte, el comisario jefe de la brigada de información de la Policía en Sevilla, que investigó posibles seguimientos a Benjumea cuando éste los denunció, aseguró ante el juez que sus agentes "no detectaron nada". El trabajo se centró en descartar que ETA vigilaba a Benjumea, pero el policía sostuvo que, durante el tiempo que duró la investigación, alrededor de 15 días entre octubre y noviembre de 2001, no había "ningún tipo de seguimiento".

Ante la insistencia del abogado de Benjumea por saber si la policía se centró en descartar exclusivamente a ETA o si están en condiciones de negar cualquier otro seguimiento, el comisario señaló: "En el tiempo que estuvimos nosotros le puedo asegurar que no. Que coincidiera con alguien eventualmente es posible. Que le siguieran al trabajo, al domicilio o en los itinerarios que vigilábamos, descartado".

Los abogados de la defensa, no obstante, no parecían convencidos de que la policía hubiera seguido de cerca los movimientos de López Benjumea. "¿Me puede explicar por qué entonces los escoltas no detectaron que la policía les seguía?, inquirió un letrado. "Si lo hubieran hecho, les habría despedido", advirtió el comisario.

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Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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