Ferrer, hacia la sorpresa total
"Estoy en mi mejor momento", advierte el español, que nunca ha ganado a Federer
Todo se acabó en tan sólo 12 minutos. David Ferrer rompió el servicio al estadounidense Andy Roddick y convirtió el resto del partido en una reivindicación de su altura como tenista. El español, que se impuso por 6-1 y 6-3, jugará la final del Torneo de Maestros (9.00, TVE-1) elevado por la guadaña de su derecha, los resortes de sus piernas y la claridad de su puesta en escena. No ha perdido ningún duelo en su camino hasta la cita decisiva. No ha cedido más que un set. Y ayer demostró las razones por las que es el mejor restador del circuito: cuatro breaks a un jugador con reputación de bombardero. Decenas de restos maliciosos. Mucho plomo en las cartucheras. Y una pizca de rencor: arrebató a Roddick la condición de número cinco del mundo.
El alicantino juega hoy al mejor de cinco mangas contra el suizo Roger Federer, el campeón vigente. Tiene información de primera mano: se entrenó con él justamente antes de que empezara la competición. Hoy recibirá las últimas instrucciones de Javier Piles, su técnico, durante la fase de calentamiento.
- Orden, ritmo y juego "de tú a tú". "De David espero orden de salida", dice Piles; "que no esté acelerado y con prisas. Me preocupa que las dos últimas veces que jugaron Federer se pusiera dos breaks arriba nada más empezar. Quiero que David entre en calor pronto, que esté al 200% y bien de pulsaciones. Que los puntos se resuelvan a partir del quinto o el sexto peloteo, con ritmo. Que juegue de tú a tú de entrada. No quiero tenis parado, de saque y red. David tiene que buscar continuidad. ¡Caramba! ¡Yo le tengo mucha fe!".
- Convertir lo difícil en fácil. "Federer lo es todo", confiesa Ferrer; "es el mejor. Te cambia de ritmos y, simplemente, lo difícil lo hace fácil. Para mí, es el mejor de la historia. Que yo esté en la final es una sorpresa para mí y para todo el mundo. Es una obviedad. Eso sí, estoy en el mejor momento de mi vida. Ni era tan malo antes ni soy tan bueno ahora".
- Una zarpa contra el 'número uno'. "Ya ha pasado que David se enfrente a otro jugador con antecedentes positivos contra él. Que salga como víctima, con menos presión, y saque la zarpa en el momento clave: la victoria importante", argumenta Piles como respuesta al historial de siete derrotas por ninguna victoria que Ferrer tiene ante el campeón. "Muchas de las veces que jugamos yo era ya el número uno y él sólo el 50", coincide Federer; "no se podía esperar que me ganara entonces. Es un partido abierto".
- Las armas de Federer. "Mi variedad, el slice , mi potencia con la derecha y la capacidad de subir a la red", resume el suizo; "mi gran fortaleza contra Ferrer es mi capacidad para quitarle cosas". El español necesita ritmo en el peloteo. Y Federer quiere quitárselo mediante la aceleración del juego.
- La opinión de Nadal. "Federer es el favorito. Su juego no le va a David. Pero, si no está a su mejor nivel, le va a ser muy duro porque David nunca ha jugado como ahora. David necesita ritmo y creer en la victoria".
- La lección de Roddick. "Contra Roddick, David ha ganado más gracias al carácter y la garra que a la calidad. Jugó muy bien, pero no tanto como los otros días", resume Piles sobre las dificultades que Ferrer tuvo al final de su pugna con Roddick: dos dobles faltas seguidas que le pudieron costar el servicio. "Ha tenido ciertas lagunas, algunos momentos de dudas, porque veía ya que tenía la final en las manos, a su alcance, que estaba rozándola. Luego, se recompuso y Roddick tuvo que hacer maravillas para ganar el punto".
Ferrer juega hoy su primera final en pista cubierta. Es contra Federer, el mejor. No puede permitirse dudas. Tiene una receta: el calor alicantino contra el frío suizo.
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