Detectados fallos de seguridad en varios aeropuertos de EE UU
Agentes de incógnito logran subir a los aviones con explosivos y detonadores
Durante los meses de marzo, mayo y junio de este año, investigadores del Gobierno pasaron a escondidas explosivos líquidos y detonadores por los puestos de control de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, siglas en inglés) de 19 aeropuertos de Estados Unidos, según un informe de la Oficina de Supervisión del Gobierno (GAO) hecho público ayer.
Los inspectores aprendieron en Internet cómo fabricar una bomba
Su actuación ha dejado en evidencia las deficiencias y vulnerabilidad de los protocolos de seguridad puestos en marcha por la Administración Bush y cuyo coste económico supera ya los 20.000 millones de dólares. Este es el segundo año que la GAO realiza tal experimento. Y el segundo año que saca los colores a la supuesta fortaleza construida por el Gobierno para proteger al país de un ataque terrorista.
Los empleados gubernamentales aprendieron en Internet cómo fabricar un artefacto explosivo, cuyas piezas podían comprar en cualquier tienda por el módico precio de 150 dólares, según la GAO. "Nuestras pruebas demuestran claramente que un grupo terrorista, con información disponible al público, podría causar graves daños a un avión y amenazar la seguridad de los pasajeros", indica el informe. Sin embargo, los detalles específicos de los componentes y los métodos que se usaron para ocultarlos se mantienen como información clasificada. Sí se ha desvelado que fueron escondidos en la ropa y bolsos de mano de los agentes del Gobierno.
La TSA cuenta con alrededor de 2.500 agentes encubiertos que vigilan estrechamente la tarea de los encargados de seguridad en los aeropuertos. Lo que significa, según Edmund Kip Hawley, jefe de la TSA, que se está vigilando cada uno de esos puestos de control "en cada turno y todos los días en los cerca de 450 aeropuertos del país". En agosto de 2006, la TSA revisó sus escáneres y cambió sus políticas de control en los aeropuertos después de que se descubriese un complot originado en Londres que pretendía usar explosivos líquidos para volar líneas aéreas comerciales en ruta a EE UU.
Una portavoz de la TSA, Ellen Howe, declaró ayer a Associated Press que los agentes sólo han puesto a prueba una de las muchas capas de la seguridad. "La gente nos ve sólo como un puesto de control con un escáner pero hay mucho más", dijo.
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