El pelotazo de la Fundación San Rosendo no es definitivo
"De dinero y santidad, la mitad de la mitad". El presidente de la Fundación San Rosendo, el cura Benigno Moure, recurrió al refranero para comentar su pelotazo en el plan general de Vigo, donde consiguió con una alegación que el solar de un edificio de su propiedad, destinado a equipamientos, fuera recalificado para construir viviendas. El Ayuntamiento decidirá esta misma semana qué hacer, teniendo en cuenta que el cambio de uso del solar se realizó sin pedir opinión a las administraciones implicadas, singularmente a la Consellería de Educación, cuya delegación en Vigo estima "imprescindible" el colegio existente al no haber ninguna otra alternativa en la zona.
"El colegio no puede seguir ahí", señaló ayer Benigno Moure. "Las instalaciones no cumplen las normas de la Logse y, además, el patio no está cedido, no hay ningún documento que lo diga". Empezó a funcionar en los años 70 con financiación de la Caja de Ahorros de Vigo y ahora, con la mayoría del alumnado inmigrante, es el principal escollo para los proyectos urbanísticos de la fundación.
Cambios drásticos
El edificio fue construido en los años 60 en un solar de 1.395 metros, con sótano, bajo y ocho plantas, que suman 4.190 metros cuadrados. Ahora, según la aprobación provisional del plan, podrían construirse 7.390 metros de viviendas. La estructura del edificio no permite continuar con su dedicación anterior a residencia de ancianos. "Estuvimos tres años negociando con la Xunta y no nos dieron la autorización", dice Moure, que asegura también que la conselleira de Educación les informó de que se iba a cerrar el colegio, lo que desmienten fuentes de ese departamento en Vigo.
El inmueble, en la calle Filipinas 2 y 4, forma una esquina de la plaza Santa Rita, próxima a la plaza de España, a la avenida de Madrid y al Hospital Xeral. Para ese entorno, el plan general pendiente de aprobación (inminente) prevé una actuación drástica, que dará vuelta a su actual paisaje. Todo el ámbito al que pertenece el solar, sin embargo, menos el propio solar, se dedica a equipamientos.
En la zona no hay ningún otro colegio porque ya en 1982, siendo alcalde Manoel Soto, la Caja de Ahorros de Vigo vendió al Ayuntamiento a precio simbólico dos parcelas para construirlo en la avenida de Madrid y absorber el de Santa Rita. Pero en las parcelas se edificaron viviendas.
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