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Reportaje:TELEFONÍA

Un uso más simple y ágil es la clave del teléfono del futuro

El móvil, que cada vez se usa más, se ha convertido en 'animal de compañía'

Ana Pantaleoni

En la planta baja, un reno disecado. En la cuarta, un robot con cara de Internet Tablet se mueve a sus anchas por control remoto. Es el cuartel general de Nokia en Oulu, una ciudad tecnológica de 130.000 habitantes al norte de Finlandia. Allí se cuece el móvil del futuro, un teléfono con una misión: ponerle fácil la vida a su dueño y lograr que el resto de operaciones sean tan sencillas como una llamada de voz o escribir un mensaje.

Internet, teléfono móvil, ordenador, fibra óptica, correo electrónico y GPS. Son los seis inventos no médicos más importantes de los últimos 25 años. Excepto la fibra óptica, todos tienen una relación directa con el móvil. Petteri Alinikula juega a diario al reto de la innovación en Oulu. Él es uno de los vicepresidentes de Nokia. Alinikula afirma que el próximo reto se centra en los sistemas de la movilidad humana. Nokia perfila el futuro del móvil en aspectos clave: la batería, los mercados emergentes, la influencia de la mujer, los sistemas de localización y las comunidades. "El correo electrónico es una herramienta de mi generación. Hoy se usan las redes sociales para comunicarse", afirma.

"No significa que el e-mail esté muerto", dice Tero Ojanpera, vicepresidente de Nokia, "pero hay decenas de correos que recibimos a diario que no necesitan respuesta. Hay formas más eficientes de comunicarse", subraya.

Entre los desarrollos de Nokia hay dos aspectos clave: los nuevos teléfonos inteligentes deben incorporar una interfaz táctil y hay que explotar el mundo de los sensores, capaces de silenciar una llamada cuando pones el teléfono del revés.

El primer fabricante de teléfonos del mundo comprende que la gente quiere lo que ya dispone en el PC, pero también considera que debe ir más allá para triunfar. Un total de 6 de 10 diez páginas tardan medio minuto en descargar. Eso en el PC. En el móvil es mucho peor. Por cada clic, el proveedor de contenido pierde el 50% de sus clientes.

La empresa finlandesa desarrolla Point&Find, un servicio para que la cámara del teléfono reconozca gracias a la ayuda del GPS y elementos de inteligencia artificial un contenido o servicio. El resultado es un acceso inmediato a la información.

Nokia elabora constantemente estudios para saber por dónde van las necesidades del cliente y por qué no despegan algunas de las apuestas más fuertes. El ejemplo es el pago por móvil. Los 3.000 millones de suscriptores móviles y las 2.500 millones tarjetas de crédito no logran encontrar el camino de la convergencia. En primavera Nokia elaboró un estudio entre abonados al móvil. Una de sus conclusiones es que la gente pasa más tiempo con su teléfono: 84 minutos al día, 18 minutos más que en 2006. También crecen las actividades multimedia como los mensajes y la navegación. El 47% de los encuestados aseguran que el móvil es su primer reproductor musical.

Según la investigadora Virpi Roto, hay tres factores que llevan a abrir el navegador en el móvil: la necesidad de información urgente en movilidad, la necesidad de encontrar una respuesta y las ganas de matar el tiempo. "Nos hemos dado cuenta de que la gente usa el móvil incluso estirado en el sofá de su casa y pese a tener en la habitación contigua un ordenador con conexión a Internet", afirma Roto. El móvil es un animal de compañía.

Pero quizá la definición del teléfono del futuro la acertó Steve Ballmer, jefe de Microsoft: "Tenemos que pensar en el móvil como un control remoto universal de nuestra vida"

El teléfono móvil es utilizado en cualquier circunstancia y ha de ofrecer nuevos servicios.
El teléfono móvil es utilizado en cualquier circunstancia y ha de ofrecer nuevos servicios.A.P.

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Sobre la firma

Ana Pantaleoni
Redactora jefa de EL PAÍS en Barcelona y responsable de la edición en catalán del diario. Ha escrito sobre salud, gastronomía, moda y tecnología y trabajó durante una década en el suplemento tecnológico Ciberpaís. Licenciada en Humanidades, máster de EL PAÍS, PDD en la escuela de negocios Iese y profesora de periodismo en la Pompeu Fabra.

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