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Crónica:Liga de Campeones
Crónica
Texto informativo con interpretación

Calamitoso Valencia

El equipo le muestra a Koeman sus problemas estructurales ante un buen Rosenborg

Así de dura es la vida para el Valencia: el quinto clasificado de la Liga noruega le da un baile en Mestalla. Ante la cita decisiva de la Champions, ante el estreno de su rutilante entrenador, el Valencia desenfundó todos sus problemas estructurales. Un portero inseguro, una defensa blanda, un mediocentro en la inopia (Manuel Fernandes) y un ataque deshilachado. Una vez más, los fichajes fracasaron estrepitosamente. La planificación de la temporada está resultando un desastre. Manuel Fernandes, el mediocentro portugués contratado a precio de oro (18 millones), demostró una inmadurez exasperante. Hildebrand se tragó el segundo gol. ¿Y Zigic? Como de costumbre: irrelevante. Sencillamente, el Rosenborg fue mejor. Tanto en la ida como en la vuelta. Más determinado, más conjuntado, más fuerte. El Valencia está prácticamente fuera de la Liga de Campeones. ¿Y la respuesta de Mestalla? Fría, marchándose del estadio antes del final. Como ante el Madrid. Le pusieron el señuelo de Koeman y se lo zamparon sin rechistar. Una tristeza infinita invadió un Mestalla medio vacío antes de acabar el encuentro. Y una tímida pañolada despidió a sus jugadores. A continuación, un gesto generoso con el Rosenborg, ovacionado.

VALENCIA 0 - ROSENBORG 2

Valencia: Hildebrand; Miguel, Caneira, I. Helguera, Moretti (Zigic, m. 65); Joaquín (Angulo, m. 65), Albelda, Manuel Fernandes, Silva; Villa y Morientes (Vicente, m. 46). No utilizados: Mora, Sunny, Albiol y Mata.

Rosenborg: Hirschfeld; Stoor, Kvarme, Riseth, Dorsin; Skjlebred (Storflor, m. 80), Sapara (Ya, m. 85), Tettey, Traoré; Iversen y Koné. No utilizados: Hansen, Koppinen, Basma, Aas y Nordvik.

Goles: 0-1. M. 30. Contragolpe perfecto que culmina Iversen. 0-2. M. 60. Iversen cabecea un córner tras un fallo de Hildebrand.

Árbitro: Alon Yefet (Israel). Amonestó a Angulo.

Unos 30.000 espectadores en el estadio de Mestalla.

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¡Vaya sorpresa! Contra los prejuicios, el Rosenborg raseó, tocó, llegó con mucha gente al ataque. Y al contraataque. Velocidad y precisión. Perfecto el que completaron a la media hora. Lo culminó Iversen, un viejo verdugo de la selección española. Fue aquél que acabó con la carrera internacional de Molina, cabeceando desde el balcón del área ante la salida intempestiva del portero en la Eurocopa de Bélgica y Holanda de 2000. No son unos piernas estos vikingos. Y no pregunten por Dorsin a los chicos del Valencia: este lateral izquierdo medio calvo les ha hecho la vida imposible, tanto en la ida como en la vuelta. ¡Qué gran lateral izquierdo!

A esas alturas del partido, el Valencia ya había advertido que tenía un vacío en el origen de su juego. El balón pasaba demasiadas veces por Moretti: una mala noticia. El cuadro de Mestalla se ha convertido en un equipo blando atrás, que arranca sin convicción ni clase. Le faltaba un Koeman en el campo, no en el banquillo. El ataque llegaba siempre muy fraccionado. Sin el hilo invisible que sirviera para unir al grupo. Cada parcela por su cuenta. Naufragó Fernandes, que cometió un error imperdonable en un mediocentro: quedarse parado. No se ofrecía a sus compañeros ni cuando, apurados, reclamaban dar un pase desesperadamente. Ya se entienden los reparos que le tuvo el propio Koeman cuando coincidieron en el Benfica. El Valencia ha invertido 18 millones en un mediocampista a medio cocer, siendo generosos. Es rápido de pies, potente, habilidoso... pero le falta lo más importante: saber jugar.

Todo parecía quedar a expensas de Villa, cerca de la genialidad en varias ocasiones. La fea lesión de Morientes propició en la segunda parte la entrada de Vicente, que liberó a Silva de la banda izquierda. No hubo síntomas de mejora. El Rosenborg seguía poniendo la calidad en el partido: triangulando el balón rápido y por el suelo. El público empezó a reconocérselo. Así alcanzó un córner por su banda derecha. Fue a sacarlo Dorsin, la pesadilla valencianista. Hildebrand salió a por uvas. Y, claro, cabeceó Iversen, ante el cabreo del capitán Albelda, que dedicó un gesto despectivo al portero alemán. Reaccionó Koeman con dos cambios a la holandesa. Todos al ataque. Para nada. El conjunto noruego se defendió expeditivo. Zigic cabeceó blando y sin destino. El Valencia casi se despidió de una competición en la que fue protagonista el pasado curso. Y el público fue vaciando el estadio con un desprecio mortal hacia su equipo.

Villa se lamenta tras una ocasión fallada.
Villa se lamenta tras una ocasión fallada.AFP
En el estreno de Koeman como entrenador, el equipo che deja muchas de sus aspiraciones de estar en octavos ante el Rosenborg e incluso peligra el tercer puesto del grupo A y su continuidad en la UEFA.Vídeo: CNN+

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