Achúcarro celebra dos aniversarios

El pianista Joaquín Achúcarro (Bilbao, 1932) cumplió 75 años el pasado 1 de noviembre. "No soy un gran celebrador de efemérides y aniversarios", dice quitándole importancia. "Es sólo una vuelta más de la Tierra alrededor del Sol". La conmemoración pública de su cumpleaños comenzó ayer en Vitoria con el primero de los cinco conciertos que ofrecerá con la Orquesta Sinfónica de Euskadi (OSE) dentro de su temporada de abono bajo la dirección de Cristian Mandeal (hoy en Pamplona, mañana en Bilbao y el 8 y 9 en San Sebastián). Los 75 años de Achúcarro se celebran coincidiendo con el 25º aniversario de la OSE con un programa compuesto por el Concierto número 1 para piano y orquesta, de Brahms y la Sinfonía Manfred, de Chaikovsky.

El pianista tocará con la Sinfónica el primer concierto de Brahms

Las trayectorias de Achúcarro y la OSE se han cruzado muchas veces. Asesoró a la orquesta en sus comienzos y han tocado juntos en 16 ocasiones, incluida la primera gira de la Sinfónica por América.

"Vamos a tocar como fieras y en el 75º aniversario de la orquesta tocaremos otro concierto", bromeaba Achúcarro, mostrando cuerda para rato y reconociendo que la experiencia no logra acabar con el miedo del principiante cuando sale a tocar. El concierto de Brahms tiene para él "la huella del genio". "Es una música grandiosa, fantástica que se puede considerar un Cumpleaños feliz", explicó.

Achúcarro ha superado ya los 60 años de carrera, en los que ha tocado con más de dos centenares de orquestas bajo la batuta de unos 350 directores. El piano, sin embargo, aún le guarda secretos. "El reto es seguir preguntándo cosas al piano. Tocar no es sólo bajar unas teclas. Es una actividad creadora que depende de lo que quieras hacer", explica. "Las notas están escritas; la interpretación es nuestra especulación sobre lo que no está escrito". Y al final del largo proceso de estudiar una obra - "hay que sudar sangre"- llega el concierto, "algo grandioso porque no sabes que va a pasar".