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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Drogas al volante

Es necesario mejorar las pruebas de detección en conductores. Y luego aplicar la ley con rigor

Sabíamos que el alcohol está detrás de muchos de los accidentes mortales que se producen en las carreteras, pero ahora emerge un nuevo problema del que carecíamos de datos: la existencia de un importante número de conductores que circulan bajo los efectos de alguna otra droga. La prueba piloto realizada por la Dirección General de Tráfico en Badajoz y Zaragoza ha revelado que el 7,5% de los conductores sometidos a un control específico para detectar el consumo de drogas ha dado positivo, con puntas de hasta el 11% en la noche del sábado.

Aunque estas cifras deben tomarse con cautela, pues se trata de una primera aproximación que debe confirmarse en futuras campañas, los datos son coherentes con los de consumo de drogas. La Encuestas Domiciliaria sobre Consumo de Alcohol y Drogas del Ministerio de Sanidad y Consumo ya venía advirtiendo de la alta prevalencia del consumo de drogas en la población española, particularmente entre los menores de 35 años.

Si España se sitúa en la cabeza europea del consumo de cocaína, es lógico que cuando se busca la presencia de esta droga entre los conductores también se encuentre. Según la última de estas encuestas, la de 2005-2006, el 1,6% de los encuestados ha consumido cocaína en el último mes. El porcentaje puede parecer pequeño, pero si lo trasladamos a cifras absolutas, ya no lo parece tanto: son 474.000 personas, de las cuales 350.000 tienen menos de 35 años. A ellos hay que añadir que un 0,6% ha consumido éxtasis en el último mes, es decir, otras 200.000 personas, la mayoría jóvenes y la mayoría consumidores de fin de semana.

Aunque conducir bajo los efectos de las drogas está castigado por el artículo 379 del Código Penal con penas de prisión y retirada del carné de conducir, pocas veces se aplica. La ausencia de pruebas específicas ha impedido hasta ahora perseguir estas conductas de la misma forma que la de conducir bajo los efectos del alcohol. Probar el consumo de drogas es bastante más complicado y requiere de pruebas complejas. Las que ahora comienza a aplicar Tráfico presentan aún notorias dificultades, pero está claro que hay que persistir en ellas y perfeccionarlas, porque las últimas estadísticas sobre accidentes de tráfico indican que, pese al carné por puntos, la mortalidad vuelve a repuntar.

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