IU se juega su futuro a una carta
Sólo el 15% de los militantes censados ha votado en las primarias por correo
Mañana era el día fijado para abrir las sacas de correos y descubrir a quién ha elegido la militancia de IU -Gaspar Llamazares o Marga Sanz- como candidato a la presidencia del Gobierno en las elecciones generales de marzo. Pero a día de hoy -con un puente festivo y una huelga de Correos por medio- no han votado ni 10.000 de los 57.500 militantes censados, así que la comisión electoral aprobará esta tarde darles unos cuantos días más para decidirse.
Está en juego el rostro de IU para las generales, pero también la relación de fuerzas en el seno de una formación dividida entre la dirección del PCE y el entorno del coordinador, Gaspar Llamazares: si gana él, quiere abrir IU a más voces, desde "verdes" a "nacionalistas de izquierdas"; si pierde, el PCE de Francisco Frutos habrá dado un golpe de mano que nadie hubiera previsto hace menos de un mes.
Estas primarias no sólo resultan atípicas por ser las primeras que celebra IU en sus 21 años de historia; también por el método elegido: los militantes no han votado en urna, sino por correo a lo largo de más de tres semanas. Los sobres están marcados con un código de barras para evitar el fraude, pero el fraude sigue siendo posible: de eso se encarga un censo que la propia dirección califica de "no muy fiable".
"Creemos que está claramente inflado en algunas regiones afines al PCE, sobre todo Andalucía, porque no es normal que en una comunidad que tiene el 20% de la población española esté el 40% de la militancia de IU. Van a llegar cartas de voto a gente que hace años que no milita en IU. Y en estos días ya han sido devueltos por ausencia del remitente 1.400 sobres. Pero a estas alturas era muy difícil ponerse a revisar el censo", explican dirigentes cercanos a Llamazares.
Así que si, hasta ahora, apenas ha votado el 15% de la militancia puede ser porque ésta tenga escaso interés en el proceso de primarias o porque el censo no sea muy real. "O porque el método elegido, el voto por carta, sea un error. Nosotros exigimos que fuera presencial, con urnas en cada provincia, pero la dirección se negó. Si este proceso no funciona, algún alto cargo tendría que reflexionar", protestan fuentes del entorno de Marga Sanz, la candidata propuesta por el PCE. Ellos admiten que en todos los censos -"en todos, también los de comunidades afines a Llamazares"- puede haber "irregularidades", pero sostienen que el PCE planteó, en vano, someterlos a revisión "cuando aún había tiempo".
Los dos sectores coinciden en algo: cuando se les pregunta qué federaciones son a priori más favorables a cada candidato, no hay regateos: seis están "con Gaspar", otras ocho son fieles a la dirección del PCE. Madrid, Extremadura y Aragón están en duda. Eso, traducido a número de militantes, daría el triunfo a Sanz; y, sin embargo, la gente de Llamazares confía en ganar con amplitud. La razón la da un responsable de su candidatura: "Insistimos: el censo no es muy de fiar. Pero es que, además, estamos convencidos de que Gaspar tiene más apoyo entre las bases que entre los cuadros directivos; eso va a quedar claro con estás primarias".
El PCE, por su parte, augura que vencerá Marga Sanz "por 100 o 200 votos". Y sus dirigentes no tienen miedo de que, si gana, el hecho de ser un rostro absolutamente desconocido para los españoles reste votos a IU en las generales. "Se daría a conocer bien pronto: sería la primera mujer que opta a la presidencia del Gobierno", subrayan.
Las primarias no sólo decidirán la composición de la lista electoral. Llamazares ya anunció hace meses que persigue la "refundación de IU", y estos días está aclarando en qué consistiría eso: integrar en la formación a nuevos partidos, sobre todo "verdes y nacionalistas de izquierdas". "El modelo original de IU, el de 1986, ya ha dado todo lo que tenía que dar de sí. Hay que acometer un plan renove, abrirse a todas las izquierdas", dicen desde la dirección. El PCE desconfía, y a cambio propone "menos dependencia del PSOE" y "más debate interno en IU".
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