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La A-92 convierte Antequera en un polo industrial

Los polígonos empresariales proliferan en la comarca ante la llegada del AVE

Fernando J. Pérez

Los márgenes de la autovía A-92 a su paso por la comarca de Antequera (Málaga) han experimentado una transformación espectacular en la última década. Los municipios de esta vega anteriormente agrícola han desarrollado a las orillas de la carretera transversal de Andalucía cerca de seis millones de metros cuadrado de suelo industrial. Pueblos como Mollina, Humilladero o Fuente de Piedra se están convirtiendo casi a ojos vista en uno de los polos industriales más importantes de la provincia de Málaga, toda vez que el suelo industrial de la capital malagueña está agotado y resulta mucho más caro. La llegada del AVE, que tiene una estación en la pedanía antequerana de Santa Ana, y la futura construcción de un aeropuerto privado y un puerto seco no ha hecho sino potenciar el fenómeno.

Los proyectos de parques empresariales tanto públicos como privados han supuesto una inversión cercana a los 250 millones de euros.

En Fuente de Piedra (2.209 habitantes), el concejal de industria, Francisco Hidalgo (PSOE) afirma que el pueblo ha desarrollado 105.000 metros cuadrados de suelo industrial en los que se han creado "300 puestos de trabajo directos". "Todo el mundo está trabajando en el polígono, y de forma estable", asegura. En Fuente de Piedra, las parcelas mínimas a la venta son de 500 metros cuadrados. "Queremos evitar la especulación con el suelo y por eso no vendemos suelo a cualquiera. Buscamos empresas serias que busquen crear empleo y exigimos un proyecto concreto con plazos de pago y de inicio y fin de obra", asegura Hidalgo. Otro requisito para instalarse en el polígono de Fuente de Piedra es que las empresas "sean no contaminantes y que consuman poca agua".

Ana López Caparrós, presidenta de la Asociación de Polígonos de Málaga, destaca el hecho de que "se han creado las infraestructuras antes de instalar las empresas". Empresarios que estaban instalados en los polígonos de la capital, caros y con deficiente mantenimiento" han emigrado a la comarca de Antequera. "En el futuro, la gente que quiera crecer se irá allí, sobre todo los negocios medios", pronostica López Caparrós, que se queja de que el principal área industrial de la capital, el polígono del Guadalhorce, "está mal comunicado, lleno de prostitutas y cuando llueve se convierte en una piscina porque nadie se hace cargo de la carretera".

Francisco Sánchez (IU), alcalde de Mollina, ha visto cómo su municipio ha crecido al calor del desarrollo industrial de 3.300 a 5.010 habitantes en tres años y medio. "El precio de la vivienda es más asequible aquí que en Antequera, pero hay que aumentar los servicios". Mollina está en el epicentro del desarrollo de infraestructuras, a cuatro minutos del futuro aeropuerto promovido por la constructora Vera y a 10 del futuro Puerto Seco. Todos los pueblos de la comarca han previsto en sus planeamientos nuevos polígonos, pero temen que el Plan de Ordenación del Territorio de la Junta rebaje sus expectativas.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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