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El cierre de la muralla separa a Orozco y a Liñares

El alcalde de Lugo y su concejal de Urbanismo discrepan sobre las alternativas al cierre de los accesos al adarve de la muralla romana de Lugo en horario nocturno. Desde Argentina, el alcalde López Orozco dice que el cierre "sería lo último". Desde Lugo, su concejal de Urbanismo y alcalde en funciones, Francisco Fernández Liñares, sostiene que no hay otro remedio.

Liñares esbozó esta misma semana la idea de colocar "elementos de cierre" que impidan subir al monumento por la noche para evitar los actos vandálicos. En los últimos meses la muralla ha perdido la mitad de las luminarias, han aparecido pintadas y han sido arrancadas varias losas que mismo fueron arrojadas a la ronda exterior.

El edil de urbanismo hila fino para no entrar en contradicciones con el alcalde y dice que entiende a Orozco cuando éste habla de que el cierre será lo último, pero no tiene ningún reparo en reiterar que esa será la única alternativa para que cese el vandalismo que se vincula con el fenómeno del botellón.

Para Liñares las medidas "blandas", de las que es más partidario Orozco, como apelar a la educación, "está demostrado que no son eficaces". El alcalde en funciones va más lejos y advierte que el botellón constituye un problema de seguridad. "No es fácil circular por la ronda, en coche o andando, cuando hay 500 jóvenes con centenares de botellas de alcohol encima de la muralla", subraya.

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