Iñaki Bilbao, rehidratado a la fuerza tras nueve días sin comer ni beber
El etarra asegura que persistirá en su huelga hasta la liberación de Euskadi
El asesino etarra Iñaki Bilbao Goikoetxea, Basur, ése que se ha hecho popular por sus iracundas amenazas y violentas pataletas en los juicios de la Audiencia Nacional, fue rehidratado ayer con suero para paliar su deterioro físico tras nueve días de huelga de hambre y sed. El terrorista comenzó su protesta el pasado día 22, anunciando por escrito que iba a mantener su actitud hasta la liberación de Euskadi, según fuentes de Instituciones Penitenciarias. El martes pasado por la tarde, los médicos de la prisión de Puerto III decidieron su traslado al hospital de Puerto Real (Cádiz) ante su deterioro y por la peligrosidad para su propia vida de su negativa a comer y beber.
Iñaki Bilbao, condenado a 45 años por el asesinato a tiros del concejal socialista de Orio (Guipúzcoa) Juan Priede en marzo de 2002, está siendo rehidratado con suero después de que el titular del Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria, José Luis de Castro, autorizara anteayer a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias a alimentarlo e hidratarlo por la fuerza en caso de que los médicos temieran por su vida o salud.
El etarra, también condenado por amenazas de muerte a jueces de la Audiencia Nacional -lo ha hecho con media docena, entre ellos, Baltasar Garzón o Fernando Andreu- no se habría resistido a que se le conectase el suero, según fuentes de prisiones. La motivación alegada por Bilbao de que protesta para conseguir la liberación de Euskadi hace imposible que haya concesiones del Estado para que deponga su actitud, salvo por propia decisión por otras razones.
El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, respondió ayer casi esquemáticamente a una pregunta sobre qué iba a hacer su departamento ante la protesta del terrorista: "Está siendo tratado como corresponde a un Estado de derecho que respeta la vida y de acuerdo con los tribunales".
Bilbao se suma a la lista de etarras que a lo largo de los años han mantenido huelgas de hambre, chapeos (encierros en las celdas, negativas a salir al patio o a asumir las normas penitenciarias) y otras protestas por diferentes razones. El anterior fue Ignacio de Juana Chaos, quien estuvo en huelga de hambre durante 115 días en protesta por su condena por amenazas por dos artículos publicados en el diario Gara. De Juana, quien tras recuperarse y acabar la tregua de ETA fue devuelto a prisión, también fue hospitalizado, alimentado y rehidratado a la fuerza con autorización de los tribunales.
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