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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Modest Cuixart, una trayectoria densa e intensa

El pintor fue cofundador del grupo vanguardista Dau al Set

El artista plástico Modest Cuixart (Barcelona, 1925), uno de los fundadores del grupo vanguardista Dau al Set, falleció en la madrugada del 31 de octubre a los 81 años.

Exuberante, epicúreo, amante de la vida y de la naturaleza, entusiasta en el conversar, en el leer y en el trabajar, elegante, cordial, Cuixart ha sido uno de los pintores más apasionado de los vinculados a la gran generación informalista de los cincuenta y sesenta que he podido conocer.

La trayectoria de Cuixart ha sido densa, rica y accidentada como el mismo personaje. Nada fue monótono o apático en su vida, su trabajo era fruto de lo que él llamó un cartesianismo anarquista que conjugó con maestría el seny y la rauxa, evitando el conflicto entre estas dos fuerzas y su obra cubre todo el espectro artístico de su ciclo vital: expresionista, magicista, informalista, abstracto, neofigurativo..., pero probablemente sea su etapa matérica y magicista la que mejor expresa el momento más álgido de su quehacer.

Nació en 1925 en pleno casco antiguo barcelonés en el seno de una familia burguesa. En 1944, siguiendo los pasos de su padre, decidió estudiar Medicina, una carrera que abandonó en el año 1946 para dedicarse íntegramente al arte y a la pintura, pero que a mi entender dejó una profunda huella en su quehacer pictórico, ya que el cuerpo humano, fisiológica y psicológicamente aparece de manera reiterada en su obra.

Fueron el intuitivo marchante Réne Métras y el crítico de arte J.-E. Cirlot los primeros, en 1947, en descubrir su talento, a partir de unas obras en las que predominan la densidad matérica, el grafismo ideogramático y la preocupación por la dimensión espacial. Pronto aparecieron sus figuras misteriosas, angustiadas, de hálito existencialista, donde la idea de la destrucción y la muerte se hacen patentes.

El año 1948 fue decisivo en su vida y en la aventura artística barcelonesa, ya que el encuentro de Ponç, Brossa, Tàpies (su primo, con quien tuvo encuentros y desencuentros), Tharrats, Arnau Puig i Cirlot propició el nacimiento de la revista Dau al Set que derivó en el colectivo más influyente del arte de posguerra, junto con El Paso.

En 1949, con sus compañeros de Dau al Set y casi en la clandestinidad, visitó el estudio barcelonés de Joan Miró, encuentro que dejó una gran huella en el grupo. El mismo año entró en contacto con Ángel Ferrant, Sebastià Gasch y Mathias Goeritz, los fundadores de la Escuela de Altamira, punta de lanza de nuestro vanguardismo. En 1950 fue invitado por Eugeni d'Ors a participar en el Salón de los Once de Madrid y exhibió sus obras en los renovadores Club 49 y Hot Club de Barcelona.

En 1951 hizo el primer viaje a París, donde contactó con los movimientos informalistas de la capital francesa, y a Lyon, donde permaneció por unos meses y aprendió las técnicas de calcografía y estarcido propias de esta ciudad. En esta década su pintura se hizo más barroca y dotó a sus trabajos matéricos de densidad y dinamismo, aunque poco a poco se desprendió de la influencia plástica y sígnica de Paul Klee y Joan Miró y se dedicó de lleno a una abstracción matérica de claras resonancias orientales que en 1959 le proporcionó los primeros grandes éxitos de su vida (premio Bienal de São Paulo, premio de Arte Abstracto de Lausanne y participación en la Documenta de Kassel), que le llevaron a exponer en las principales ciudades de Europa, América y Japón.

A través del dripping, el grattage y los recursos del collage, el lenguaje abstracto de Cuixart retornó al terreno de la imaginación simbólica y en 1962 su pintura tomó otro rumbo, con la incorporación en sus cuadros de los más heteróclitos objetos (muñecas, zapatos, escobas, etcétera), formulando un neorrealismo hispano de ascendencia pop.

Memorable fue la exposición Bertolt Brecht, testimoni i homenatge que presentó en 1964 en la galería Réne Métras, donde se leyó por primera vez la obra del dramaturgo alemán en versión de Joan Oliver.

A partir de 1971, Cuixart se recluyó en Palafrugell, donde su obra siguió un ciclo repetitivo alrededor de la figura femenina, alejado de aquellas incursiones en el misterio y la oscuridad que tanto fascinaron a Joan Perucho. Y en la década de los ochenta le llegaron los reconocimientos (Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya, Clau d'Or de Barcelona, Encomienda de la Orden de Isabel la Católica, etcétera) y la participación en todas las exposiciones de revisión del periodo informalista. En 2002 se inauguró en Barcelona una fundación con su nombre, cerca del Museo Picasso, donde se expone una reducida parte de su obra.

El año pasado, Palafrugell le declaró hijo adoptivo y el Museu d'Art de Girona le dedicó la descriptiva exposición Modest Cuixart: cirugía humana, que puso en evidencia que Cuixart no sólo fue un gran personaje, sino también un notable artista, algo también constatable en la exposición que puede verse hasta mayo de 2008 en la Fundación Vila Casas de Palafrugell.

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