Un octubre negro anula el efecto del carnet por puntos

El efecto balsámico del carnet por puntos se disuelve como un azucarillo a medida que aumentan las muertes en carretera. La estadística, en este caso, no engaña. Octubre ha vuelto a ser un mes negro: 40 personas han perdido la vida en accidente de tráfico. La última, Carles T., un hombre de 29 años. El martes por la noche conducía su camión por la autovía A-2, en Lleida, cuando chocó violentamente contra otros dos vehículos pesados.

Ha sido el peor mes del año -sólo superado por marzo- en las carreteras. Más aún si se tiene en cuenta que en octubre de 2006 fallecieron 11 personas menos. El problema es que el aumento de los accidentes mortales no es algo aislado: se está convirtiendo en la norma desde el verano.

La entrada en vigor del permiso de conducir por puntos, en julio de 2006, tuvo una consecuencia inmediata y visible: frenó de forma notable la siniestralidad. Menos accidentes y, lo que es más relevante, menos muertos. Con el paso del tiempo, los conductores se han relajado y han perdido el miedo a quedarse sin carnet. Buena parte de la culpa, admiten los responsables de tráfico, la tiene la lentitud de la Administración a la hora de retirar efectivamente el permiso: la burocracia alarga el proceso un año. De ahí que la mayoría de los conductores sancionados aún no hayan comprobado en propia piel las consecuencias legales de su actitud al volante.

Más salidas de vía

En ese contexto, las cifras han aumentado mes a mes. Por primera vez, marzo de 2007 fue peor (42 muertos) que marzo de 2006 (36). La pauta ha venido repitiéndose, de forma consecutiva, desde el mes de julio. De modo que, al final, el efecto del carnet por puntos ha quedado neutralizado y prácticamente anulado. En lo que va de año han fallecido en las carreteras catalanas 295 personas, sólo 3 menos que en el mismo periodo del año pasado. En porcentaje, supone una reducción casi insignificante, del 1%.

Los responsables del tráfico defienden la vigencia del permiso por puntos, aunque admiten que no es la panacea y que se trata sólo de "una herramienta más" en la desaforada lucha contra la siniestralidad. El director del Servicio Catalán de Tráfico (SCT), Josep Pérez Moya, está preocupado por los datos de octubre. "Estamos estudiando las circunstancias de cada caso y los porqués, pero constatamos que ha habido muchas salidas de vía y choques frontales", explicó ayer a este diario.

Un repaso a los informes de accidentes de los Mossos d'Esquadra permite comprobar que en octubre hubo 11 salidas de vía, 7 colisiones frontales y 6 atropellos. La inmensa mayoría, en vías rápidas. Al contrario que en otros meses, las motocicletas no han tenido demasiado que ver en el aumento de los accidentes: del total de vehículos implicados, sólo 6 son motos, frente a 21 turismos y 12 camiones.

Al margen de las condiciones meteorológicas, que en algún punto del territorio fueron conflictivas, lo que ha provocado el drama en octubre han sido los accidentes con varias víctimas mortales. En apenas 24 horas, entre entre el 24 y el 25 de octubre, hubo ocho fallecidos en tres accidentes. En uno de ellos, en Vilanova de l'Aguda (Noguera), chocaron frontalmente dos vehículos. Hubo tres muertos: un matrimonio de ancianos que circulaba en un todo terreno, y un hombre de mediana edad que conducía una furgoneta.