Cesc asusta a Anfield
El Arsenal puntúa en Liverpool con un gol del centrocampista, que igualó el de Gerrard
El pasado martes, el Slavia de Praga pidió perdón a sus hinchas tras los siete goles que le endosó el Arsenal. La plantilla entera se arrodilló, en busca de la expiación del pecado, en el Emirates Stadium. Aunque el Liverpool no es el Slavia, ayer se comportó como tal. El equipo de Arsène Wenger, guiado por un Cesc que rayó la perfección, dio un recital en Anfield. El centrocampista salido de La Masia bailó a los reds. Les zarandeó como a un monigote menor. El Liverpool no perdió por eso la experiencia y el orden en las líneas que predica Rafa Benítez. Y poquito más, suficiente para seguir invicto en la Premier. Como el Arsenal, que se aupó al liderato -lo comparte con 26 puntos con el Manchester United, que le visita el fin de semana que viene- sin lograr, eso sí, su 13ª victoria consecutiva. Aunque la mereció sobradamente.
LIVERPOOL 1- ARSENAL 1
Liverpool: Reina; Finnan, Hyypia, Carragher, Riise; Mascherano, Xabi Alonso (Arbeloa, m. 68), Gerrard, Voronin (Benayoun, m. 65); Kuyt y Fernando Torres (Crouch, m. 46). No utilizados: Itandje y Babel.
Arsenal: Almunia, Sagna, Touré, Gallas, Clichy (Gilberto Silva, m. 74); Eboué (Bendtner, m. 74), Cesc, Flamini, Hleb; Rosicky (Walcott, m. 66) y Adebayor. No utilizados: Lehmann; y Diarra.
Goles: 1-0. M. 7. Gerrard lanza una falta rasa que se cuela entre la defensa. 1-1. M. 80. Hleb asiste a Cesc, que chuta de primeras y pegado al primer palo.
Árbitro: Howard Webb. Amonestó a Voronin, Rosicky, Touré, Mascherano, Cesc y Carragher.
44.000 espectadores en Anfield.
Cesc imprimió al partido un ritmo frenético, abriendo espacios al primer toque, con la puntera y con la espuela, con un juego de muchas revoluciones, propio de su edad y los demás zagales del Arsenal. Wenger se limita a recoger la cosecha que ha sembrado con tanta calma y mimo en las categorías inferiores de los gunners. Pero les faltó un poco de calma, sobre todo en los dos rechaces a puerta vacía que el Arsenal no supo aprovechar. Antes del empate, Eboué lanzó un trallazo al poste. Cesc, de primeras, mandó el rebote fuera. Como el danés Bendtner tras un lanzamiento suyo desde 20 metros a la madera.
Ante un rival tan hiperactivo, el Liverpool se retrató. Se movió pesadote, como un elefante, pero cumplió el guión de Benítez al dedillo. Hasta el postrer empate de Cesc, claro. Mucho músculo, mucho contacto y muchos balones bombeados. Recostado al calor de Anfield, tiró de veteranía. Gerrard arrancó como un tiro hasta que anotó su gol en un saque de falta de Cesc sobre Xabi Alonso en la corona del área -se lesionó y en su lugar entró Arbeloa-, aprovechando un hueco en la barrera. La ventaja tuvo un efecto inmediato. El Liverpool se replegó, dispuesto a remachar a la contra el aliño.
Crouch entró al descanso por Torres, de nuevo renqueante de la lesión muscular que le borró de la cita de España en Dinamarca. El tallo firmó las escasas ocasiones locales al viejo estilo, simple pero efectivo: controlando con el pecho los pelotazos que le enviaba Reina desde su casa, dándose la vuelta y chutando. Almunia se tuvo que emplear un par de veces. Aunque el Liverpool amagaba, no echó el cierre al duelo. Tampoco el Arsenal, que solventó sus despistes con un nuevo alarde ofensivo. Tras muchos devaneos, marcó Cesc, que suma diez goles. Hleb le habilitó en carrera y el medio batió a Reina de primeras, al primer palo. Hasta ahí llega la pillería del Arsenal. El baby team de Wenger no respeta a nadie.
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