El supuesto asesino del taxista se entrega en la comisaría de Hortaleza
"Soy Osmar Estevao y me buscan por la muerte del taxista". Con estas palabras se entregó ayer al mediodía el supuesto asesino del conductor Daniel Aníbal Aguilera Gramajo, de 50 años, ocurrida la madrugada del pasado sábado. El presunto autor es un brasileño de 22 años que lleva unos tres años residiendo en España.
Osmar Estevao do Nascimento acudió a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Hortaleza y se dirigió al agente que estaba en la puerta. En ese mismo momento, fue detenido y trasladado al Grupo VI de Homicidios, en la Jefatura Superior de Policía. Fuentes de la investigación explicaron ayer por la tarde que al detenido le fueron leídos sus derechos y que no comentó nada del crimen. Está a la espera de que hoy sea interrogado, en presencia de un abogado de oficio.
La viuda del taxista, de nombre Susana, se mostró "contenta" por la detención y pidió justicia. "Quiero que hagan todo lo que tengan que hacer para que no quede libre dentro de un año", afirmó. "Ha roto mi familia. Mi hija pequeña, que tiene sólo 10 años, está destrozada y no quiere ir al colegio. En realidad sólo éramos nosotros tres [el matrimonio y la pequeña] y le echa mucho de menos. No puede soportarlo". El fallecido, de origen argentino, llegó a España hace seis años, cuando su esposa, empleada en unas aerolíneas, fue destinada al aeropuerto de Barajas.
Los agentes de Homicidios habían localizado el domicilio de Do Nascimento gracias a que fue detenido en agosto de 2004 en Ibiza, acusado por estancia ilegal e infracción a la Ley de Extranjería. Tenía fijada su residencia en la calle de Palermo, número 44, muy cerca de donde murió acuchillado el taxista, en la calle de Gozmenarro, en Hortaleza.
Los investigadores vigilaron esta vivienda y otras de conocidos del supuesto autor, pero no lograron arrestarle. Los especialistas de la Policía Científica hallaron todo tipo de restos que presuntamente incriminan a Do Nascimento. Entre ellos destacan huellas dactilares en el Peugeot 406 que conducía el taxista asesinado y restos biológicos que permitieron sacar su ADN.
La clave fundamental para su identificación fueron las imágenes captadas por las cámaras de vigilancia del metro de Esperanza. Los vigilantes de la estación vieron entrar instantes después de que se produjera el crimen a un hombre con las ropas manchadas de sangre. Además, utilizaba una prenda para intentar taparse.
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