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El grueso de los diputados del PP rechazan la línea de Sirera

Nueve diputados piden al nuevo presidente del PP que evite el seguidismo ciego de Rajoy, Acebes y Zaplana

La mayor parte de los diputados del Partido Popular en el Parlament quieren dar un golpe de timón a la estrategia del partido. Un total de 9 de los 14 diputados de la formación, los más afines al ex presidente del partido Josep Piqué, decidieron ayer en un almuerzo plantearle un cambio de estrategia al nuevo presidente, Daniel Sirera, que pase por moderar el discurso. El fin es ampliar la base electoral y lograr así el objetivo que les une con la actual cúpula del partido: ayudar a Mariano Rajoy a ser el nuevo presidente del Gobierno.

Los diputados, que ayer compartieron almuerzo, han decidido constituirse en una especie de sector crítico a la actual dirección catalana pero sin romper la baraja. Entre ellos estaban el ex portavoz del grupo parlamentario, Josep Vendrell, y el fichaje estrella de Josep Piqué para las últimas autonómicas, Montserrat Nebrera. También asistieron al encuentro, celebrado en un restaurante de Barcelona, los diputados Enric Millo, Jordi Montanya, Santi Rodríguez, Rafa López, Belén Pajares y Joan Bertomeu.

Comparten los objetivos de la dirección, pero no las formas. Y tienen dudas sobre el mensaje. Consultados por EL PAÍS, varios de los asistentes al almuerzo aseguraron que nadie cuestiona el objetivo común, que es convertir a Mariano Rajoy en el nuevo presidente del Gobierno.

Sometimiento perjudicial

Lo que no comparten con la dirección es la forma de conseguirlo. "Con la entrada de Sirera se nos ha colgado el sanbenito de que dependemos por completo de lo que diga la dirección nacional desde la calle de Génova, y así no podemos ampliar la base electoral".

Buscar nuevos votantes, éste es el objetivo. Y creen que pocos catalanes pueden sentirse atraídos en estos momentos por la ortodoxia del mensaje que diseñan Ángel Acebes y Eduardo Zaplana y que Daniel Sirera se limita a aplicar a la política catalana.

"Sabemos que tenemos libertad para tomar nuestras propias decisiones, pero la mayor parte de nuestros posibles votantes no lo ven de la misma forma, y así es imposible seducirlos", sentencia una de las asistentes.

Los diputados todavía no han trasladado a Sirera los pormenores del encuentro de ayer. Pero un gesto delató que no todos van a la una en el grupo del PP en el Parlament. Fue tras la votación de la ley del Memorial Democrático. El PP había votado no y Convergència i Unió se abstuvo.

Tras aprobar la ley los diputados del tripartito se levantaron y aplaudieron como reconocimiento a los representantes de los represaliados por el franquismo presentes en la tribuna de invitados. Los diputados de CiU también se levantaron, aunque no aplaudieron. En las filas del PP hubo división. Todos los diputados excepto Daniel Sirera y la portavoz del grupo, Carina Mejías, optaron por levantarse como señal de reconocimiento. Sirera y Mejías continuaron sentados, impertérritos, en su escaño. Nadie comentó nada, pero la tensión se evidenció en los gestos.

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