"Urge defender a los ciudadanos en el nuevo espacio electrónico"
El filósofo y matemático Javier Echeverría (Pamplona, 1948) abrió ayer el cuarto encuentro de agencias de protección de datos, que reúne en Vitoria a 200 expertos para estudiar los retos legislativos que plantean las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Echeverría, acuñador del concepto de "telépolis" en 1992, y uno de los principales estudiosos del nuevo "espacio electrónico" que se ha creado reclama la urgente regulación de estas redes de comunicación transnacionales.
Pregunta. ¿Cómo define el "espacio electrónico"?
Respuesta. En 1988 ya comenzamos a trabajar con el correo electrónico y en 1990, en Estados Unidos, estuve trabajando en cuestiones de criptografía. Fue entonces cuando vislumbré el surgimiento de ese tercer espacio, continuador del natural y el político. Lo entiendo como un sistema que engloba desde Internet o los videojuegos a la telefonía móvil, la comunicación por satélite o la televisión digital.
"Los ciudadanos vamos a tener que ir con un detector de nanomicrófonos"
P. Un nuevo ámbito de relaciones, pero también un mayor control del ciudadano.
R. Desde el seguimiento por satélite a la capacidad que ofrece la nanotecnología para fabricar micrófonos del tamaño de una mota de polvo, efectivamente, estamos ante una perspectiva terrorífica. Los ciudadanos vamos a tener que ir con un detector de nanomicrófonos.
P. Llega la invasión de la intimidad.
R. Hasta ahora, la protección de datos se ha valorado desde el punto de vista jurídico. A mi entender, hay que entenderla también en su aspecto económico y social. Desde el control del uso de una tarjeta de crédito hasta las consecuencias en el ámbito político que puede tener la filtración de determinados datos que pueden llevar a perder unas elecciones, aunque no sean delito.
P. Entonces, ¿cómo se puede defender el ciudadano?
R. De momento, es imposible. No hay legislación para defender la intimidad. Por eso considero necesario, en esta telépolis, la introducción de una normativa que defina los derechos de los ciudadanos. Se han tomado medidas en cuestiones graves como la pederastia, pero en ámbitos, como la publicidad basura, el ciudadano está indefenso. Y, por supuesto, es necesaria la formación de los usuarios desde la escuela.
P. Un capítulo más de la Educación para la Ciudadanía.
R. Efectivamente. Cuando la mayor parte de los jóvenes ya se manejan en las TIC, creo imprescindible que conozcan sus derechos, los riesgos a los que se enfrentan, cómo defenderse de una agresión...
P. En sus análisis llega a decir que el disco duro del ordenador forma parte de la intimidad del ciudadano.
R. Por supuesto. ¿Cómo me defiendo de los datos que tiene Visa o Microsoft; o de la que maneja la administración? Existe el riesgo de un Estado policial privado y público, que sólo se parará con democracia, con un poder judicial especializado en el espacio electrónico. Las agencias de datos son un paso en este sentido. Pero hay que avanzar en la protección personal.
P. ¿Cuál es la aportación de un filósofo en este ámbito?
R. Nuestro trabajo va en la definición de conceptos de ese nuevo espacio electrónico, de lo que hay que proteger de cada persona. Por ejemplo, el historial médico debe estar en la Red, y la ambulancia no sólo medicalizada, sino informatizada. Eso sí, luego se debe trabajar en los protocolos de seguridad de esa información.
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