'Trolls' de guante blanco
El blog que conduje en agosto, Fórmulas que mueven el mundo, recibió un ataque troll de una naturaleza peculiar, sofisticada, tal vez novedosa, si es que queda algo por inventar en este género.
El blog era de matemáticas, e inmediatamente después de mi primer post, o columna (pues salía también en soporte papel), empezó a recibir las descalificaciones habituales: "Pues empezamos bien... en la primera frase la hemos liado", o bien "¡Qué horror, nuestro querido Sampedro nos confunde el Principio de Inercia de Galileo con el de Relatividad General de Einstein!". O este otro: "No entiendo por qué Sampedro no tiene algún científico que le corrija los textos antes de publicarlos. Os aseguro que se puede escribir un blog científico sin escribir barbaridades".
Éstos son recursos de manual del troll —en la entrada que corresponde a la palabra troll de la Wikipedia se puede consultar una lista completa—, pero con dos peculiaridades: primera, que los firmantes (meros nicks anónimos, como es habitual) aportaban títulos académicos, siendo el más habitual el de "físico teórico", y su lenguaje tenía en verdad una música académica y muy formal.
El blog contó desde el primer día con un anti-blog llamado Fórmula Divina (http://formuladivina.blogspot.com/ ) que se dedicaba —con una puntualidad madrugadora digna de sincero encomio— a comentar el mío con consideraciones como éstas:
"Sampedro nos informa de la teoría fantástica que alguien debió formular después de fumar algo no muy legal"; "Javierito Sampedro repite conmigo y escribe 360.000 veces: 'No cuadraré falsamente el círculo"; "El señor Sampedro va de mal en peor. Empiezo a pensar que es un peligro público"; "Javierito Sampedro, repite conmigo y escribe mil veces: 'Estudiaré mecánica clásica elemental antes de escribir sobre relatividad general"; "Aunque sospecho que Sampedro no sabe demasiado de geometría Riemanniana, intuyo que lo repite de alguna fuente", y otras caricias similares. Fórmula Divina desapareció el 15 de agosto de forma discreta. Pero las impostaciones de profesores que escribían para protestar contra el mío se mantuvieron hasta casi la última entrega.
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