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Detectado un fraude de 24 millones de euros en el televoto de la británica ITV

La televisión privada británica ITV se arriesga a ser sometida a una investigación administrativa, una investigación criminal y una multa de cerca de 100 millones de euros tras conocerse el verdadero calado de los engaños practicados por este canal en numerosos concursos en los últimos cuatro años.

Un informe exterior encargado por la dirección de ITV a la auditora Deloitte releva que el dinero ingresado por la cadena en llamadas que no tenían ninguna posibilidad de ser tenidas en cuenta en numerosas votaciones superaron los 24 millones de euros. El ministro de Trabajo del Gobierno británico, Peter Hain, calificó el jueves pasado el caso como "un robo a pleno día".

El engaño afecta a algunos de los programas más populares, como los presentados por el dúo de moda Ant y Dec, que este año recibieron 40 millones de euros para que continuaran en la cadena. El director general de ITV, Michael Grade, ha eximido de toda responsabilidad a la pareja pese a su papel de productores ejecutivos en varios de los programas afectados. Y en principio ha descartado que vaya a haber ceses, a pesar de sus proclamas de que habrá "tolerancia cero" con ese tipo de prácticas.

Grade ha aparcado la tolerancia cero para lo que ocurra a partir de ahora, lo que contrasta con las dimisiones que ha vivido la BBC por casos similares, pero de mucha menor dimensión y cuantía. Scotland Yard amenazó ayer con abrir una investigación criminal a ITV si llegaba a la conclusión de que ha podido haber delitos criminales. Y también la Oficina de Grandes Fraudes se ha interesado por el asunto.

Lo que es seguro es que el público ha sufrido una larga serie de engaños: millones de votaciones telefónicas o interactivas no tenían ninguna posibilidad de ser tenidas en cuenta, distorsionando así los resultados de los concursos, provocando un gasto inútil a los votantes y aumentando los beneficios del programa.

El escándalo ha afectado a programas como la final de 2005 de X Factor, que en España adaptó Cuatro como Factor X, cuando no se contabilizaron millones de votos. O Saturday night takeaway, en el que sólo podían ganar los espectadores que vivían a menos de una hora de los estudios. O Gameshow marathon, en el que los productores elegían a los ganadores potenciales a partir de su viveza comunicativa y su lugar de residencia. O Soapstar superstar, en el que un 20% de las canciones interpretadas por los concursantes fueron elegidas por los productores, no por los votantes.

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