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La empresa que supervisaba la Cidade da Cultura ya informó en 2001 del desvío presupuestario

La fundación responsable del proyecto prescindió de los servicios de la consultora

El proyecto de construcción de la Cidade da Cultura sufrió un desvío presupuestario del 20% sólo entre los años 2000 y 2002, según los informes redactados por la consultora Idom durante ese período por encargo de la fundación responsable del proyecto. Idom, que a partir de ese año dejó de prestar servicios a la Xunta, constató que el estado de la iniciativa era entonces "insuficiente para conformar un proyecto básico conforme a los estándares europeos". Socialistas y nacionalistas atribuyen el abandono a las diferencias entre la empresa y Peter Eisenman, el arquitecto que diseñó el complejo.

La comisión parlamentaria que investiga la gestión del proyecto de la Cidade da Cultura escuchó ayer las explicaciones de Rafael Espinosa, representante de Idom, la consultora contratada en una primera fase por la fundación responsable del proyecto para supervisar y controlar su desarrollo. Espinosa explicó que Idom dio cuenta entre 2000 y 2002, a través de más de 250 informes y actas de reuniones, de "las desviaciones detectadas y de lo relativo al retraso en los plazos de entrega de los proyectos", así como de "la indefinición técnica de los mismos", de "la dificultad para obtener un proyecto básico" y de "los problemas presupuestarios derivados de esa indefinición".

La Fundación Cidade da Cultura e Idom pactaron de mutuo acuerdo la resolución de su contrato meses antes de su vencimiento, en el año 2002, y la consultora no consiguió la adjudicación del concurso convocado posteriormente para continuar la supervisión del proyecto, que acabó en manos de la unión temporal de empresas Andrés Perea-Euroestudios.

Carlos Aymerich, portavoz del BNG, observó a la vista de los informes de Idom la existencia de un creciente desencuentro entre la consultora y el arquitecto Peter Eisenman y atribuyó las desviaciones de presupuesto tanto a las decisiones adoptadas por el diseñador del complejo como a las "interferencias" del conselleiro de Cultura, Jesús Pérez Varela.

A su vez, el representante socialista, Xaquín Fernández Leiceaga, después de elogiar la racionalidad del trabajo de Idom, destacó los "reiterados avisos" enviados por la consultora a la fundación acerca de la deriva de superficies y el incumplimiento de los presupuestos como consecuencia de la indefinición del proyecto diseñado por Eisenman.

Una vez más, el portavoz del PP, Ignacio López-Chaves, se desentendió de la comparecencia y dedicó la mayor parte de su intervención a acusar a PSdeG y BNG de no creer en la Cidade da Cultura, a diferencia de su grupo, que siempre apostó por el complejo cultural que se construye en el monte Gaiás. El representante de la oposición negó que el informe del Consello de Contas que dio origen a la investigación refleje irregularidad alguna en la gestión de la Xunta de Manuel Fraga en este asunto y, en contraposición, aseguró que en el País Vasco no había tenido consecuencias un informe contable sobre el Guggenheim que en Galicia hubiera sido "demoledor".

El PP sale en defensa de Alonso Montero

El portavoz del Partido Popular, Ignacio López-Chaves, puso ayer en duda el rigor del representante del Bloque en la comisión, Carlos Aymerich, por haber acusado al escritor y catedrático Xesús Alonso Montero de participar en la ponencia que propuso a la Xunta la adquisición de su propia biblioteca para incorporarla a los fondos de la Cidade da Cultura.

López-Chaves, que sacó el asunto después de recordar que el lunes el portavoz del Bloque había puesto en duda el paradero de los libros (la colección está depositada en el Centro Bibliográfico de Galicia, en las proximidades del Parlamento), aseguró que Alonso Montero nunca participó en la citada ponencia, aunque su nombre había llegado a ser uno de los propuestos para participar en ella.

Carlos Aymerich replicó que el nombre de Alonso Montero consta en la relación de miembros del órgano que propuso la adquisición de la biblioteca.

Cita en el Waldorf Astoria

Los portavoces del PSdeG y del BNG se refirieron ayer varias veces a las presiones con las que el ex conselleiro de Cultura, Jesús Pérez Varela, trató de conseguir en una reunión celebrada en Nueva York que Peter Eisenman diese más "espectacularidad" a la Biblioteca de la Cidade da Cultura y cumplir así el deseo de Manuel Fraga.

La reunión, que tuvo lugar el 2 de abril de 2001, se celebró por la mañana en el estudio del arquitecto y por la tarde en el Waldorf Astoria, uno de los hoteles más lujosos de la ciudad. El acta del encuentro refleja cómo Pérez Varela explicó a Eisenman que la Biblioteca no recogía "el concepto que el presidente de la Xunta espera" porque "se pierde la idea de una sala" que "tenga libros en la paredes y que estén vistos (...)".

El entonces conselleiro afirma que "la cifra de 25.000 libros es absurda" y añade que espera "una cifra muy superior de libros expuestos". Debe ser "una Biblioteca realmente espectacular tanto en los espacios como en la exposición de libros que se poseen". Las referencias, aseguró Pérez Varela en la reunión, "deben ser la Biblioteca del Senado o la del Alcázar de Toledo".

El conselleiro también habló en aquella reunión del edificio de la Ópera, que necesitaba una "entrada cómoda" porque si no "el espectador verá con una actitud más crítica la obra" y de las Torres de Hedjuk, sobre las que comentó la posibilidad de que tuvieran "alguna relación con el papel de la Iglesia, en función de una sugerencia del Obispado de Santiago".

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