_
_
_
_
_

Grupos de jóvenes acosaban hacía tiempo al hombre quemado vivo en Córdoba

La policía sospecha que los cuatro chicos detenidos lo grabaron todo con sus teléfonos móviles

Manuel Planelles

No era la primera vez que alguien acosaba a Antonio Joaquín Curiel, el hombre de 49 años que murió en un incendio provocado supuestamente por tres chicos de entre 15 y 16 años y una joven de 18 en Lucena (Córdoba). Eso es lo que sospechan los investigadores, que barajan la posibilidad de que los jóvenes grabaran con sus móviles la agresión. Los acusados menores de edad fueron recluidos ayer en un centro, y la joven entró en prisión. Mientras, la policía rastrea los ordenadores y los teléfonos portátiles de los acusados en busca de las macabras filmaciones.

El suceso se produjo sobre las 10.30 del pasado jueves. Los cuatro jóvenes detenidos rociaron presuntamente con líquido inflamable la cama en la que estaba Antonio Joaquín Curiel Romero, conocido como Tito en Lucena. La víctima no era un indigente, aunque su situación rozaba la marginación de acuerdo a los servicios sociales municipales, que habían intervenido alguna vez para limpiar la casa. Según reconocieron ayer los familiares de Tito, éste era alcohólico y acumulaba desperdicios en su vivienda.

La casa se encuentra en un callejón sin salida y está en una planta baja a la que es fácil acceder. La policía sospecha que los agresores grabaron la escena con un teléfono móvil. Fuentes de la investigación indicaron ayer que los agentes están rastreando, con "sofisticados" programas informáticos, los ordenadores y los teléfonos móviles de los presuntos agresores en busca de las filmaciones.

Tras el suceso, los cuatro implicados salieron corriendo del lugar. "Yo vi a la chica corriendo por la calle", aseguró ayer un joven, alumno de una escuela taller de la zona en la que la muchacha de 18 años estuvo matriculada. La policía se centró desde un principio en la hipótesis de que el incendio fue provocado y, por la tarde, comenzó a detener a los sospechosos. Los tres menores, de entre 15 y 16 años, fueron trasladados ayer a un centro de menores y la chica fue enviada a prisión por orden del juzgado de guardia de Lucena.

"Es posible que hubieran tenido ya algún episodio con cierto grado de violencia [con la víctima antes]", sostuvo ayer Jesús María Ruiz, subdelegado del Gobierno en Córdoba. Según el testimonio de los vecinos, un grupo de jóvenes llevaba algún tiempo acosando al fallecido. Incluso se sospecha que otro incendio registrado en la casa hace unos dos meses también podría ser consecuencia de la acción de estos chicos.

"Gente normal"

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

"También cabe formular otras hipótesis relacionadas con comportamientos agresivos y con nuevas tecnologías", dijo el subdelegado en referencia a la presunta grabación que realizaron los acusados. En la mente de los agentes encargados del caso está un truculento suceso ocurrido a finales de 2005 en Barcelona. Tres jóvenes apalearon a una mendiga para luego rociarla con líquido inflamable y prenderle fuego. Acabaron con su vida. Los agresores también se divertían grabando con el móvil sus fechorías y pertenecían a la clase media. "Gente normal", dijo entonces un responsable de la policía.

Una expresión similar utilizó ayer el subdelegado del Gobierno en Córdoba: "Familias normales". Tres de los detenidos residían en un mismo bloque de viviendas, situado a unos 300 metros de la casa de la víctima. Los familiares de los presuntos agresores no quisieron hablar con este periódico. Pero en el patio interior del bloque se sentía ayer la consternación. Y es que, tal y como indicó el subdelegado, se trata de "cuatro jóvenes que no se puede afirmar que pertenecieran a un ámbito marginal, ni muchísimo menos, sino a familias normales".

En los archivos policiales sí consta alguna detención anterior de al menos dos de los cuatro implicados. Se trata de arrestos por gamberradas y algunas agresiones, pero no por delitos de gran entidad.

Al parecer, la chica, que es mayor de edad, había estado matriculada en una escuela taller de la que fue expulsada. Vivía con una hermana, que se había hecho cargo de ella tras fallecer su progenitora. El otro menor de 16 años, quien a su vez es familiar de la joven, no estaba matriculado en ningún centro de estudios. Y los otros dos chicos de 15 años no acudieron el jueves por la mañana al instituto en el que estudian.

Tito se había convertido últimamente en el objetivo de las bromas pesadas de un grupo de chavales del barrio de Corazón de Jesús. "Hace dos meses ardió su casa y yo les dije que no se metieran más con Tito. La tenían tomada con él", contó Juan Carlos León, sobrino del fallecido.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_