Alejandro Sanz... a la sexta declaró ante el juez
El cantante acudió al tribunal que juzga a los empleados que intentaron extorsionarle
A la sexta, Alejandro Sanz acudió a su propio juicio. No como acusado, sino como testigo en el caso de chantaje en el que están implicados dos antiguos empleados suyos.
A la sexta, Alejandro Sanz acudió a su propio juicio. No como acusado, sino como testigo en el caso de chantaje en el que están implicados dos antiguos empleados suyos. El caso había sido aplazado cinco veces, ya que el cantante había abandonado Miami para someterse a una cura de estrés. Finalmente, el cantante prestó una declaración jurada ayer en la fiscalía de Miami, según confirmó a EL PAÍS la portavoz del fiscal Teresita Chávez.
La juez Rosa Rodríguez había advertido al cantante de que presentaría cargos en su contra si no acudía al juzgado ayer. "Mire", le había dicho la magistrada al representante legal de Sanz, "déjeme aclararle algo. Esto no es un caso civil. Es un caso criminal. En este juzgado la gente viene y testifica. Y si se niegan, los envío a la cárcel". La juez añadió que es la primera vez en su carrera que se topa con una víctima que se niega a declarar en su propio juicio.
Carlos González y Silvia Alzate, que trabajaron en la residencia de Sanz en Miami Beach durante seis años, se enfrentan a cargos por extorsión. Según la acusación, le pidieron a Sanz 500.000 dólares (unos 357.000 euros) a cambio de no revelar información sobre sus asuntos personales. Ambos se han declarado inocentes. Este chantaje llevó al cantante a presentar públicamente, en diciembre del año pasado, a su hijo Alexander, que entonces contaba con 3 años.
Juan Ramón Ramírez, director corporativo de la empresa ALJA, propiedad del cantante, había recibido una llamada telefónica el 5 de diciembre de 2006 en la que González le pedía dinero a cambio de no revelar "muchas cosas que podrían perjudicar la reputación" de Sanz. Según la acusación, el ex mayordomo llegó a encontrarse con un amigo del cantante en el aeropuerto de Miami y le mostró fotos y vídeos que estaba dispuesto a entregar a la prensa si no se le entregaban 71.000 euros.
