Negociación 'in extremis'

Las autoridades libias aceptaron in extremis la madrugada del lunes el desembarco de los 50 inmigrantes rescatados el sábado por la mañana por el pesquero Corisco, en el que ya se habían terminado los víveres con que alimentar a los náufragos. El acuerdo llegó después de dos días de intensas negociaciones entre autoridades españolas, portuguesas y libias.

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, confirmaba ayer por la mañana que el pesquero había recibido autorización para desembarcar en Trípoli, tras conversar con el jefe de gabinete del presidente Muamar al Gadafi la noche anterior. "A la media hora estaba resuelto", señaló el ministro a los periodistas a su entrada al Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE, en Luxemburgo. Moratinos explicó que en las conversaciones con el representante libio llegaron a un acuerdo por el cual Libia reconocía que el bote que fue rescatado por el Corisco salió de sus aguas y que por tanto tenía que hacerse cargo de los inmigrantes. "Una solución rápida para una situación dramática", añadió.

No opinó lo mismo, la secretaria general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Amaya Valcárcel, quien propuso a los Gobiernos la creación de un protocolo de actuación para que situaciones como esta se resuelvan de manera "más veloz y coordinada" y dando prioridad a "la situación humanitaria, sobre todo cuando hay niños y mujeres".