Bombay es una fiesta
La Bolsa india bate un récord tras otro gracias al capital extranjero, la bonanza económica y los beneficios empresariales
La Bolsa india está que arde. Impulsada por la masiva entrada de capital extranjero, la pujanza de la economía nacional y los grandes beneficios de las empresas, el mercado de valores de Bombay se ha convertido casi de la noche a la mañana en uno de los más rentables del mundo. Su principal indicador, conocido popularmente como Sensex, ha subido casi un 40% en lo que va de año y esta semana ha superado la barrera de los 18.000 puntos. En un ambiente generalizado de euforia, el jueves cerró a su nivel más alto de la historia. Y la mayoría de los analistas vaticina que hay fiesta para rato. Nadie quiere quedarse sin probar un pastel tan grande y apetitoso como la economía india, que crece a un ritmo superior al 8%. Mientras tanto, las empresas indias adquieren tamaño global y compiten en todos los sectores.
Telecomunicaciones, banca, construcción, energía... En todos los sectores India cuenta ya con un operador de tamaño global
El índice selectivo Sensex, formado por 30 empresas, ha multiplicado su valor por seis en tan sólo cinco años
El dinero inunda la Bolsa de Bombay. Desde el pasado 1 de enero, los inversores internacionales han inyectado casi 14.000 millones de dólares (10.000 millones de euros) en el mercado indio, comparado con los 8.000 millones del año pasado. En una buena semana, pueden entrar hasta 1.000 millones de dólares en dinero fresco procedente de fondos de inversión extranjeros. El flujo de capital se ha intensificado este verano, tras la volatilidad desencadenada en Occidente por la crisis hipotecaria en EE UU, de la que el mercado indio ha quedado a salvo.
El índice selectivo Sensex, formado por 30 empresas de distintos sectores, ha multiplicado su valor por seis en tan sólo cinco años, una subida equivalente al 500%. Durante el mismo periodo, el Dow Jones de Nueva York ha crecido un 75%, el Nikkei de Tokio un 84% y el Ibex 35 de Madrid un 166%. Ni siquiera la Bolsa de Hong Kong, que ha triplicado su valor en el último lustro, aguanta tan vertiginoso ritmo. El Sensex tardó sólo cinco sesiones en pasar de los 16.000 a los 17.000 puntos y ocho en alcanzar los 18.000. Ayer cerró a 18.419, tras una jornada de recogida de beneficios.
¿Qué hace tan atractiva la Bolsa india? Ashok Sharma, del Banco Asiático de Desarrollo, opina que, entre otros factores, el aumento del gasto público en infraestructuras ha beneficiado a las empresas del sector. "Un buen Monzón ha contribuido a aumentar el optimismo", dice Sharma, refiriéndose a la estación de lluvias clave para la agricultura. "Y gracias a la globalización, la evolución de los mercados asiáticos y de otros países está influyendo en el Sensex".
Grandes empresas
La fiebre bursátil ha creado empresas gigantescas que superan en capitalización a muchas multinacionales extranjeras. La inmobiliaria DLF, que salió a Bolsa en julio pasado, ha multiplicado por 15 su valor en tres meses. Ayer valía 30.000 millones de dólares, más del doble que la mayor inmobiliaria española, Metrovacesa. La empresa india con mayor capitalización bursátil es Reliance Industries, con intereses en la industria, la energía y el sector textil. Su valor en Bolsa asciende a 80.000 millones de dólares, comparados con los 6.500 millones de hace sólo cuatro años y medio. La compañía, que gestiona la tercera mayor refinería del mundo, sería la cuarta en capitalización de la Bolsa española, por encima de Iberdrola, Repsol e Inditex. Sus títulos son los que más han subido este año, seguidos de los de Larsen & Toubro, dedicada a la construcción, y los de Bharat Heavy Electricals, del sector de la ingeniería.
"Las empresas indias están aumentando su rentabilidad y su acceso al capital ha mejorado significativamente con respecto al pasado", indica Sharma, quien pronostica que, gracias a la liquidez disponible, sin precedentes en el caso indio, van a aumentar las fusiones y adquisiciones de compañías.
Son las empresas de telefonía móvil las que ofrecen mejores perspectivas de crecimiento, según los analistas. La feroz competencia ha hecho bajar las tarifas y también los precios de los aparatos telefónicos. Más de la mitad de los indios tendrá teléfono móvil en 2015, comparado con una sexta parte actualmente.
El mayor operador de telefonía móvil de India es Bharti Airtel, con una cuota de mercado del 24% y 50 millones de abonados. El precio de sus acciones se ha cuadriplicado desde 2005 y este año han subido más de un 60%. Su valor de mercado ronda los 45.000 millones de dólares.
La excepción han sido las grandes empresas de tecnologías de la información, especializadas en la externalización de actividades por encargo de compañías occidentales. Infosys, TCS o Wipro no han participado del boom por dos motivos: la fortaleza de la rupia -a su máximo nivel en nueve años frente al dólar- y su vulnerabilidad ante una posible recesión en Estados Unidos, principal demandante de sus servicios.
Construcción, banca, energía, telecomunicaciones, automóviles, acero... En todos los sectores de la actividad, India cuenta con al menos un operador de tamaño global. A diferencia del resto de Asia, la mayoría de las empresas indias no dependen de las exportaciones, y sus ingresos provienen principalmente del mercado nacional. Los analistas vaticinan que los bancos, las constructoras y los servicios públicos encabezarán los ascensos en la Bolsa, debido a que la demanda de créditos, puertos, carreteras y energía van a crecer en un país de 1.100 millones de habitantes con una economía en plena expansión.
Liberalización económica
Hace dos décadas, India abandonó la política de economía planificada, que ponía en manos del Estado la regulación de todos los sectores productivos, y emprendió un ambicioso programa de liberalización. Su producto interior bruto creció un 9,2% el año pasado, su ritmo más alto en 18 años, sólo superado por China entre los grandes países en desarrollo. Para este año, el Fondo Monetario Internacional (FMI) vislumbra un avance más moderado, del 8,4%, pero aún intenso. La demanda interna sigue dando síntomas de gran fortaleza.
No es accidental la aceleración del crecimiento indio, señala Sharma, sino resultado de las reformas puestas en marcha en las últimas dos décadas. "La percepción global sobre la India está cambiando y los inversores extranjeros han comenzado a creer en el potencial de crecimiento de una India que resurge", opina el experto del Banco Asiático de Desarrollo.
La lucha contra la pobreza sigue siendo la gran asignatura pendiente de India. Según datos de la OCDE, el PIB per cápita está creciendo a un ritmo del 7,5% anual, frente al 1,25% en las tres décadas posteriores a la declaración de independencia, en 1947. Aunque la pobreza se reduce, todavía afecta al 22% de la población.
Una "actitud colonialista" obsoleta
Los países desarrollados no están preparados para afrontar la ascensión económica de los países en desarrollo, en particular de la India y China. Así piensa el ex presidente del banco mundial James Wolfensohn, quien sostiene que aún persiste una "actitud colonialista" hacia ellos. "Los líderes del mundo desarrollado", afirmó Wolfensohn en un foro financiero celebrado recientemente en Hong Kong, "no se han percatado de que no se trata de un modesto cambio en el poder económico mundial, sino de un giro tectónico".
China desbancará a Estados Unidos como primera economía mundial en 2040, y la India ocupará el segundo lugar en 2050. Para ese año, los países asiáticos llevarán la mayor parte del peso de la economía mundial, comparado con el 10% de 1950. Wolfensohn recomienda a los jóvenes occidentales que se esfuercen por conocer las culturas orientales y por aprender sus idiomas.
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