Prost, el referente

La cosa estará que arde el próximo 21 de octubre en Interlagos. No será la primera vez que el Mundial se decide en la última carrera, pero no existen muchos precedentes de un final tan apretado, con tres pretendientes al trono. Desde 1950, los tríos se han jugado la corona en ocho ocasiones. La más reciente fue hace 21 años, en el circuito australiano de Adelaida. Tuvo su miga. Supuso un mazazo para un magnífico piloto, Nigel Mansell, que a los mandos de un Williams tenía todas las de ganar. Pero acabó perdiendo. Le bastaba un tercer puesto. En él transitaba cómodamente cuando, de repente, en plena recta, volando a 300 km/h, uno de los neumáticos de su bólido estalló. Goodyear había aconsejado antes de la carrera un cambio de gomas por precaución. Prost efectuó la parada con suficiente antelación para evitar problemas. Mansell la retrasó demasiado. Prost necesitaba la victoria y que Mansell no puntuara. Lo consiguió. También Nelson Piquet estaba implicado en la lucha. Y precisaba la victoria. Pero al comprobar lo que le sucedió a Mansell, su compañero entró en boxes para cambiar los neumáticos.

Ocho veces se decidió el título entre tres pilotos en la última carrera: sólo dos ganó el que era líder

Prost se situó en el primer puesto y administró su ventaja en las últimas vueltas, haciendo caso omiso de un ordenador erróneo que le advertía de que estaba agotando la gasolina. El profesor se proclamó primer bicampeón consecutivo desde los tiempos de Jack Brabham. El de Prost en 1986 es, además, el precedente más parecido al actual, porque antes de la penúltima carrera en México, Mansell le sacaba 11 puntos a Prost.

Dos pilotos más han logrado remontar en la última carrera los cuatro puntos de desventaja que tiene en estos momentos Alonso. En 1964, el británico John Surtees compareció en el último gran premio con cinco puntos menos que su compatriota Graham Hill. El desenlace, en Ciudad de México, se produjo tras un golpe de teatro. La actuación de Lorenzo Bandini, compañero de escudería de Surtees, resultó decisiva. El piloto italiano tuvo un incidente con Hill y permitió que Surtees le rebasara para hacerse con un segundo puesto que le dio el título. Jim Clark, que también tenía muchas opciones para el título, se había situado en cabeza pero, de la misma forma que perdió ya el Mundial en 1962 en Suráfrica, cedió esta vez en la última vuelta debido a una fuga de aceite en su Lotus-Climax. Surtees se convirtió en el primer campeón del mundo de motociclismo capaz también de ganar el título en la F-1.

La primera edición del Mundial registró un desenlace a tres bandas en que el italiano Giuseppe Farina, que se presentaba en la tercera posición de la tabla, logró el triunfo en la última carrera, en Monza y, por añadidura, el título por delante de Juan Manuel Fangio, que le sacaba cuatro puntos. De las ocho veces que tres pilotos se han jugado el Mundial en la última carrera sólo dos ganó el piloto que se presentó en la última carrera como líder: Brabham en 1959 y Hill en 1968. En 1974, Regazzoni y Fittipaldi llegaron empatados a la última prueba. Venció el brasileño.