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Crónica:Fútbol | Séptima jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Una sociedad ilimitada

Raúl y Van Nistelrooy, de nuevo decisivos en una victoria del Madrid tras un partido muy plano ante un pulcro Recreativo

José Sámano

En lo que va de temporada, el Real Madrid ha jugado algún rato bien, varios partidos mal y alguno, como el de ayer, ni bien ni mal. A falta de un estilo regular, el equipo sí mantiene una constante: la máxima eficacia. No había arrancado una Liga de forma tan productiva desde hace 16 años. Ante el Recreativo tardó más de la cuenta en liquidar un partido plano y lo hizo una vez más enganchado a la que, por ahora, es la mejor sociedad del campeonato: Van Nistelrooy-Raúl. Como en Roma el pasado miércoles, el capitán asistió de maravilla al ariete holandés, que no tiritó ante Sorrentino. No fue la única intervención meritoria de Raúl. Poco antes del primer acierto madridista, el siete ya había citado a Sneijder con el gol tras un pase de chistera, de espaldas y a un toque, pero el ex jugador del Ajax se estrelló con el poste derecho del Recreativo. El valor de Raúl, fresco y lúcido tras un curso entre tinieblas, no se limitó a su servicio a Van Nistelrooy. Su ímpetu en el segundo tiempo -un bache le impidió golear tras una falta programada con Sneijder, la que en la primera jornada frustró al Atlético- desperezó al Madrid, demasiado estático y previsible casi toda la tarde. Todo lo contrario que su técnico.

REAL MADRID 2 - RECREATIVO 0

Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Cannavaro, Heinze, Marcelo; Sneijder (Baptista, m. 84), Diarra (Higuaín, m. 66), Guti; Raúl, Van Nistelrooy y Robben (Gago, m. 66). No utilizados: Dudek; Metzelder, Salgado y Saviola.

Recreativo: Sorrentino; Edu Moya, Beto, Cáceres, Bautista; Calvo (Sinama Pongolle, m. 60), Jesús Vázquez; Aitor, Zahínos (Gerard, m. 76), Camuñas (Marquitos, m. 77); y Javi Guerrero. No utilizados: Barbosa; Bouzón, Quique Álvarez y Congo.

Goles: 1-0. M. 72. Van Nistelrooy recibe un pase de Raúl y, solo ante Sorrentino, le bate por bajo. 2-0. M. 91. Guti pasa en profundidad a Higuaín, que regatea al portero y marca.

Árbitro: Daudén Ibáñez. Amonestó a Sneijder, Beto, Cáceres, Bautista, Calvo, Jesús Vázquez, Gerard y Sinama Pongolle.

Unos 80.000 espectadores en el Bernabéu.

El capitán es una veta extraordinaria para el técnico o seleccionador que quiera reclutarle
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Schuster, que lleva unos días alterado con la prensa por el debate sobre las rotaciones, cambió su guión tras enredar a los periodistas el pasado sábado. Primero ensayó de forma clandestina con el mismo equipo que se desplegó en Roma y luego, minutos después, anunció ante los altavoces mediáticos que frente al grupo onubense haría cuatro o cinco cambios. Un farol, un absurdo pellizco a la prensa. Cuesta creer que a la mañana siguiente el técnico alemán, desvelado quizá por el potencial de su adversario de ayer, trastocara sus planes y repitiera alineación por primera vez.

Alistados los mismos que frente al Lazio, el Madrid no despegó. Tuvo el gobierno del encuentro, pero le faltaron voltios frente a un Recreativo pulcro y ordenado al que Casillas frenó en seco mediado el primer tiempo. El central uruguayo Cáceres se elevó sobre el techo de la defensa local y su cabezazo fue desviado hacia el centro por el portero madrileño. Una parada espléndida, pero incomparable con la que hizo una centésima después. Su rechace cayó a pies del otro guardián defensivo del equipo andaluz, Beto, que tenía el 0-1 a un centímetro, con Casillas aún derrumbado por su intervención ante Cáceres. Era gol o gol. Falsa impresión cuando Casillas está por el medio, aunque sea tirado en el suelo. Tumbado sobre la hierba, estiró los brazos y dejó atónitos a todos. No hay partido en el que Casillas no tenga un instante mágico, ya es una costumbre. Desde su épica parada, el Recreativo, espantado, apenas se le acercó hasta el final, cuando ya iba a rebufo del tanto de Van Nistelrooy.

Con un fútbol discreto y de aire administrativo, el Madrid esperó su momento. Al equipo le faltó ritmo, movimiento, chispa. Con Guti y Sneijder puede jugar al billar, se garantiza el toque y el control, pero le falta desborde, desmarque y velocidad. En realidad, Robben es el único regateador, el único que acelera con la pelota. Por los costados no hay otras vías, salvo las que abren Sergio Ramos y Marcelo -muy activo durante el segundo tramo-, a los que el sistema de Schuster obliga a exigentes series atléticas. De ahí, la importancia de un futbolista como Raúl, que entiende el juego como pocos y que con su constante movilidad tras el descanso alteró el sistema nervioso del Recreativo. Le auxilió Marcelo y, por fin, el Madrid fue capaz de encontrar espacios con la pelota y sin ella. Van Nistelrooy adivinó un hueco, hizo un guiño a Raúl y se agrietó el Recreativo. De evitar un susto posterior se encargó Higuaín, que, como el ariete holandés en el primer gol, reclamó la pelota al espacio y en carrera. Guti le atendió y el argentino demostró ante Sorrentino que su relación con la portería contraria mejora cada semana. En un tanto y otro hubo similitudes: un jugador que se descuelga sin el balón a la espalda de la defensa contraria y recibe un pase preciso. Luego, Higuaín definió tan bien como Van Nistelrooy. Faena resuelta para este Madrid que aún no emite señales del todo positivas, pero suma y suma como nadie. Con rotaciones o sin ellas, siempre con Casillas, Van Nistelrooy y su ilimitada sociedad con Raúl a punto. Hoy por hoy, éste es una veta extraordinaria para cualquier técnico o seleccionador que quiera reclutarle. Sobre todo, si está en apuros. Pocos son tan puntuales como el capitán madridista a la hora de acudir al rescate.

Raúl y Van Nistelrooy se abrazan tras el gol del holandés, el primero del Madrid.
Raúl y Van Nistelrooy se abrazan tras el gol del holandés, el primero del Madrid.MANUEL ESCALERA

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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