Los suspiros son aire y van al aire
El último fin de semana de septiembre cerró la ciudad de Barcelona sus fiestas mayores. Lo hizo, entre otros actos, con uno en el aire denominado Festa del Cel. Ese mismo día llamaron dos lectores a esta sección para comentar el asunto. C. F. y A. F., que dijeron ser hermanos, se preguntaban cuál era la aportación de la fiesta de marras al calentamiento climático. "Parece evidente", decía ella, "que lo que se hace es gastar combustible sin ton ni son".
El organizador de la cosa es el Instituto de Cultura de Barcelona o Icub. Su portavoz dejó claras las cosas: la aportación municipal es mínima, se limita, casi, a hacer de intermediario en parte del dinero que se mueve. Para ser precisos, la aportación es de 100.000 euros. La mitad para alojamiento de la gente de los vuelos y la otra para ordenamiento y señalización. Además, explicó el mismo portavoz, la mitad de esta partida la aporta una marca de productos energéticos y la otra mitad unos laboratorios con abundante presencia en el sector alimentario. Es decir, al Ayuntamiento de Barcelona la fiesta le sale gratis, porque los gastos de los aviones los ponen sus propietarios.
Pero no se contabiliza el coste de la mano de obra municipal que participa en la fiesta: la Guardia Urbana, refuerzos en transportes públicos, el personal del Icub que se dedica a organizar el acto, a buscar patrocinio y a realizar transferencias bancarias, que algo costará, ¿o lo hacen como voluntarios?
El portavoz del Icub remitió al Aeroclub Sabadell para conocer el coste del combustible consumido. El Aeroclub Sabadell, amablemente, sostuvo que no tiene ni idea. Eso era cosa del Ministerio de Defensa, dado que algunos aviones eran del Ejército del Aire. El portavoz de Defensa fue muy amable en su respuesta:
-Como es habitual, la pregunta tiene que venir por escrito.
-¿Habitual? ¿Dónde? En el periodismo, no.
-En Defensa.
Una norma que no afecta a los civiles que no trabajan en él, se le hizo ver al portavoz. "Bien, entonces hay que hablar con el Ejército del Aire".
Dos personas que se identificaron como miembros del departamento de prensa del Ejército del Aire expresaron su voluntad de dar esta información (la primera volvió a intentar que se hicieran las preguntas por escrito, eso sí, sin póliza). La respuesta no ha llegado al diario.
Los lectores también se preguntaban qué opina ICVsobre esta fiesta. La respuesta es que no les gusta que participe el Ejército, pero por lo demás, y como sólo es un día y gusta a mucha gente, pues pase.
C. F. se despacha tras conocer la respuesta: "Quizá valiera la pena que Imma Mayol oyera la propaganda del Ministerio de Medio Ambiente que dice que lo importante es el total". También se siente molesta con el argumento de que hay que transigir con lo que le gusta a la gente: "Yo creía", añadió, "que la izquierda era ilustrada y defendía la razón al margen de que fuera o no una idea mayoritaria. Debo de estar equivocada". Dijo más cosas, algunas interesantes, pero superan el límite de la sección.
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