El presupuesto menor de un club profesional

La Sociedad Deportiva Eibar ha regresado esta temporada a la Segunda División, después de pasar un año militando en Segunda B. Quien imaginara que ello iba a suponer un periodo de depresión para el club guipuzcoano se equivocó de lleno. Con todo, la entidad no quiere repetir los errores que le condujeron al descenso de categoría en 2006.

El objetivo vuelve a ser el de siempre para el equipo guipuzcoano: asegurar la supervivencia en Segunda de un club que cuenta con 3.200 socios -en un municipio de apenas 27.000 habitantes- y un presupuesto de casi tres millones de euros, el más bajo de todo el fútbol profesional español.

"No queremos que pase como hace dos años", explica a EL PAÍS Jaime Barriuso, presidente de la institución. "De manera inconsciente, pensábamos que éramos de Primera". Y es que la temporada anterior a la del descenso, el equipo se presentó en la última jornada con opciones de ingresar en la élite. "Fue un error, y la soberbia se paga", agrega el máximo mandatario.

Un delantero chileno

Esta temporada, el club vuelve a ser un crisol de procedencias y edades. Destaca la incorporación del delantero chileno Nico Medina, de 20 años y cedido por Osasuna, pero también las del meta Iván Cuéllar (Atlético de Madrid), Nacho Insa (Valencia B) y Carmelo Yuste (Zaragoza B). Son jóvenes a los que el Eibar oferta la posibilidad de crecer profesionalmente ante las dificultades que encuentran en sus clubes de formación. Una política, la de lograr cesiones, que comenzó y continúa también con Athletic y Real Sociedad.

"El vestuario del equipo es cosmopolita. Además de jugadores de aquí, tenemos chicos de Galicia, Asturias, Aragón, Comunidad Valenciana... La convivencia es extraordinaria", explica Barriuso. Él mismo se encarga también de fomentarla entre todos los miembros de la plantilla del club guipuzcoano. No son muchos los presidentes que, por ejemplo, durante los viajes en autobús para disputar algún encuentro, echan partidas a las cartas con sus jugadores.