¿Quién dijo corrupción?
La corrupción abandona el top ten de las preocupaciones de los ciudadanos y la clase política pierde terreno como problema. Cinco meses después de la celebración de las elecciones locales y autonómicas, el sondeo detecta una relajación hacia dos cuestiones que hace 12 meses, por estas mismas fechas, los valencianos tenían es su agenda.
El 59% conocía por ejemplo el caso Fabra. Y siete de cada 10 consideraban que la dimisión era la única salida que le quedaba al presidente de la Diputación de Castellón. Una opinión a la que se sumaba el 45,7% de los votantes del PP y que era, paradójicamente, más fuerte en Alicante (75,9%) que en Castellón (65,4%). Más de la mitad de los encuestados estaba convencido de que la corrupción pasaría factura a los populares en las elecciones de mayo.
En un año, la percepción de que la corrupción es un problema ha disminuido 6,7 puntos y hoy apenas molesta a cinco de cada 100. Para el electorado del PP es el decimoséptimo problema, por detrás del estado de la agricultura.