Renfe entona el 'mea culpa'
Falló todo. Y Renfe entona el mea culpa. El secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán, admitió ayer la deficiente gestión del caos en el servicio de Cercanías del pasado jueves por la tarde, que originó retrasos en 151 trenes y la suspensión de otros 48 convoyes.
151 trenes de larga y media distancia sufrieron retrasos y otros 48 se vieron obligados a suspender el servicio
Víctor Morlán asume la pésima gestión del caos en el servicio de Cercanías del pasado jueves y pide disculpas
Fomento abrirá una investigación interna para detectar "qué y quién falló" y depurar responsabilidades
El protocolo de emergencia que se activó para retirar el tren averiado de la vía y evacuar a los pasajeros fue un completo desastre. La locomotora de gasóleo que remolca los convoyes no pudo acoplarse al tren por un problema en el enganche. Los autocares fletados por Renfe para evacuar a los viajeros fueron insuficientes y crearon aglomeraciones. Tampoco funcionaron los sistemas de información: la megafonía de las estaciones, los operarios destinados a labores de información y el servicio por SMS, de reciente aplicación.
A todo este cúmulo de despropósitos hay que añadirle otro más: había conocimiento de que la catenaria que se estropeó estaba en mal estado, hasta el punto de que estaba previsto sustituirla el mismo jueves por la noche. "Todo el sistema operativo de emergencia fue insuficiente", dijo el secretario de Estado. "Incidencias pueden ocurrir. Pero lo de ayer [por el jueves] tiene que ser un punto de inflexión para todos nosotros. Aquello fue muy grave y no debe volver a suceder", dijo.
El secretario de Estado se presentó ante los periodistas para dar explicaciones de lo sucedido abatido. Su discurso estuvo muy alejado del triunfalismo de las últimas semanas, cuando explicaba unos índices de puntualidad en el servicio de Cercanías más que aceptables. Porque Morlán se estrelló con la realidad el jueves al filo de las 19.00 horas, cuando un cable de una catenaria se soltó a 700 metros de la estación de Bellvitge. Un tren procedente de Vilanova se quedó sin alimentación y se paró. Era hora punta, llovía y algunos pasajeros prefirieron bajarse del convoy y recorrer a pie el camino que les quedaba hasta la estación. Por razones de seguridad, la gestora de infraestructuras Adif decidió cortar la tensión en el tramo que une Castelldefels y la estación de Sants. Entonces se produjo la ya conocida reacción en cadena: decenas de convoyes retrasados y miles de pasajeros afectados (ayer Renfe todavía no había cuantificado la cifra exacta).
Morlán dejó la puerta abierta a que en los próximos días se produzcan dimisiones en el equipo que él mismo dirige. "En estos momentos estamos centrados en ver qué y quiénes han fallado. Pero está claro que esto no va a quedar así sin que nadie asuma la responsabilidad", dijo el secretario.
Entre frecuentes peticiones de disculpas a los pasajeros afectados, Morlán asumió que los usuarios "han perdido la confianza" en el servicio, pero insistió en que, una vez detectados los fallos del operativo, Fomento pondrá remedio para corregirlo y para que no vuelva a suceder.
Parece que el incidente del jueves supondrá un punto y aparte en la gestión del servicio. El secretario de Estado dijo que hacen falta "más ideas" y reclamó la colaboración de la Generalitat y del Ayuntamiento de Barcelona.
Cronología de un nuevo desastre ferroviario
18.56. Un cable eléctrico se desprende de la catenaria y deja sin suministro a un tren que hacía el trayecto Castelldefels-Sants.
19.00. El maquinista del tren avisa y se activa el protocolo de evacuación de pasajeros.
19.23. Algunos viajeros salen del tren y caminan por las vías hacia la estación de Bellvitge. Renfe llama a los bomberos.
19.45. Por razones de seguridad, Adif corta la electricidad y deja sin tensión dos vías.
19.50. La locomotora de gasóleo fracasa al intentar remolcar el tren averiado por un problema de acoplamiento.
20.55. Se restablece la electricidad en la vía 1.
22.00. Se restablece la electricidad en la vía 2.
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