Una masiva queja policial obliga a cambiar el sillón de 1.000 coches patrulla

Un fallo de diseño en los 1.000 coches patrulla Citroën Xsara Picasso recién entregados a la policía ha obligado a ordenar que en las próximas semanas se cambie el sillón del conductor, a fin de retirar una barra de hierro que, según los agentes que los conducen, "se clava en los riñones". Las protestas de centenares de agentes, jaleadas por los sindicatos policiales, han forzado este cambio, acordado hace dos semanas.

Los 1.010 primeros Citroën Xsara Picasso fueron entregados el pasado 16 de julio en Madrid, dentro de un plan de modernización, destinado a mejorar "la comodidad y la seguridad de los agentes". Para ello, según narró entonces la Dirección General de Policía y Guardia Civil, se aplicaron "criterios de ergonomía en el nuevo asiento policial, que ha modificado los reglajes de altura y de la zona lumbar para adaptarse de manera óptima al equipamiento individual de los agentes".

Pero los agentes que se montan en ellos no opinan lo mismo. Entre la mampara de separación de la parte delantera y la zona destinada a detenidos fue colocada una barra de hierro para colocar utensilios policiales. Esta barra no sólo limita claramente el espacio disponible para los agentes, sino que les provoca graves molestias lumbares. "Ocho horas en ese coche se convierten en un suplicio, que deja a los policías con dolores lumbares", ha asegurado Begoña Romero, secretaria de Acción Sindical del Sindicato Unificado de la Policía (SUP).

Las protestas policiales han surtido efecto. Los directivos policiales han acordado retirar esa barra lumbar, una modificación que asumirá el carrocero, según el SUP y fuentes oficiales de la policía. Además, se ha decidido que los coches que se entreguen a partir de ahora no sean esos Xsara, sino otros vehículos, ya que los agentes exigen nuevas dotaciones para sus coches patrulla.