El campus desconocido

La idea surge con la comprobación de que uno de los mejores embajadores internacionales de la ciudad es casi un completo desconocido para los vigueses. "Nadie se va a pasear al campus ni a admirar sus edificios, los ciudadanos lo ignoran cuando, en otros ámbitos, empieza a ser un referente", explica la arquitecta Marián Leboreiro, comisaria de la exposición Campus de Vigo. A construcción dunha identidade que, hasta el próximo 4 de noviembre, se puede visitar en la Casa das Artes de Vigo. A continuación, la muestra se trasladará a Madrid.

La delegación viguesa del Colegio de Arquitectos de Galicia escogió el campus de As Lagoas-Marcosende, sede de la Universidade de Vigo, como eje central de su celebración particular del Día Mundial de la Arquitectura. La intención es procurar que los ciudadanos se apropien de un espacio que todavía les es ajeno. Además de la exposición, ayer se programaron dos visitas guiadas a edificaciones singulares del recinto como la Escuela de Minas y Telecomunicaciones, la Biblioteca, el Rectorado y las facultades de Filología y Económicas, entre otras, en las que algunos de sus creadores ejercieron como cicerones.

La intención es que los ciudadanos se apropien de un espacio que les es ajeno

"Todo esto está pensado para los ciudadanos, no para profesionales", indica Leboreiro, "los arquitectos disponemos de mucha documentación para interpretar el campus y existe un número creciente de publicaciones que se refieren a él y lo estudian con profundidad, porque empieza a ser un elemento importante en la arquitectura española contemporánea". Además del peso específico de los arquitectos que firman los proyectos, Marián Leboreiro considera que las soluciones arquitectónicas y urbanísticas que logran poner en valor el lugar en el que se ubican son algunas de las razones que hacen interesante el complejo universitario.

La profusión de fotografías y de maquetas, que restan protagonismo a planos y materiales gráficos de carácter más técnico, facilitan la comprensión a los ojos menos expertos de un proyecto que ya está maduro. Un audiovisual muestra el quehacer de las empresas de construcción que han levantado las estructuras y hasta queda retratado el modo de vida del campus. La muestra repasa los pormenores de obras señaladas como el núcleo inicial de Desiderio Pernas, las aportaciones de Alfonso Penela a lo largo de sus veinte años de trabajo en el lugar, el proyecto central de Enric Miralles y Benedetta Tagliabue que culmina con el Rectorado, la Biblioteca de Alberto Noguerol y Pilar Díez y la ampliación de la Escuela de Minas de Gabriel Santos Zas y César Portela.

Entre las maquetas destacan dos muy especiales: la del Aulario de Miralles y Tagliabue y la que desvela el aspecto final de la ciudad universitaria tras la intervención del arquitecto brasileño Paulo Mendes da Rocha, Premio Pritzker 2006, galardón considerado como el Nobel de los arquitectos. Su tarea, ya en los momentos finales de la redacción, es la de integrar todas las construcciones ideadas por arquitectos diferentes en un esquema paisajístico. En junio de este año, Mendes da Rocha visitó Vigo para firmar el convenio de la segunda fase de una obra que persigue crear una ciudad en el aire, levantada sobre pilares, y que vuela sobre una orografía complicada.