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Reportaje:

Vueling entra en crisis en la batalla por los vuelos baratos

Las aerolíneas se enzarzan en una dura guerra de precios para llenar los aviones

Amanda Mars

- ¿Usted es de Vueling?

-El consejero delegado.

-Pues quería decirle qué buena es esta compañía aérea. Ahora puedo permitirme venir aquí cada dos por tres. Una vez, Vueling hasta me regaló un viaje para dos personas... Pero me fui solo, porque eso ustedes aún no lo arreglan.

No se trata de un anuncio. La conversación tuvo lugar el pasado 24 de mayo entre Carlos Muñoz, primer ejecutivo de Vueling, algunos de sus colaboradores, y un viajero espontáneo, en presencia de un grupo de periodistas, en el momento de embarcar en un vuelo París-Barcelona. Aquel día esta compañía de vuelos baratos inauguró su flamante nueva base operativa en uno de los mayores aeropuertos de Europa, el parisino Charles de Gaulle.

La sobreoferta obliga a reventar precios y empieza a hacer mella en el sector aéreo

Pero Vueling, que tanto gusta a ese treintañero que viaja a París por sus buenas tarifas, se ha convertido en un quebradero de cabeza para su departamento financiero, y para el propio Carlos Muñoz. Y en un castigo para sus accionistas, entre los que se cuenta el consejero delegado.

Con tres años de vida, 57 rutas y más de ocho millones de pasajeros transportados, la compañía se ha estrellado en Bolsa. Debutó en el parqué el pasado diciembre a 30 euros por acción, llegó a superar los 46, y el pasado viernes acabó en 11,01. ¿A qué se debe ese vuelo bajo? A que las cifras no acaban de acompañar el éxito de rutas y de reputación:

las pérdidas económicas se quintuplicaron en el primer semestre del año y obligaron a revisar los resultados y a descartar, al menos a corto plazo, los beneficios previstos para este año. Los problemas se han agudizado esta semana, cuando su principal accionista, la familia Lara (propietaria del grupo Planeta), abandonó el consejo de administración por discrepancias en la gestión.

El caso es sintomático. Las aerolíneas de bajo coste han disparado su ofertas en los últimos años y, para llenar los aviones, se han enzarzado en una cruenta guerra de precios. Devoraron el 40% del mercado en agosto, pero castigan su propia rentabilidad. Algo parecido a morir de éxito. La batalla se ha cebado en Vueling, que ahora tendrá que frenar su ritmo crecimiento, tratar de subir sus tarifas medias y domar sus costes.

"Hemos fallado en resultados, la guerra de precios nos ha pasado factura, ha sido muy fuerte", explica Carlos Muñoz. Y tan fuerte: Ryanair, la aerolínea irlandesa de bajo coste, ofeció este verano 10 millones de plazas a 10 euros (ahora, ha decidido regalar hasta cuatro millones de asientos de avión para volar desde España). Clickair reaccionó y ofreció 200.000 billetes a 20 euros, y Vueling, para no quedarse atrás, vendió hasta 400.000 plazas a 10 euros. Así, el precio medio de los billetes de Vueling se ha situado en 40 euros, frente a los 47 del año pasado, mientras sus gastos han crecido.

"Hay que racionalizar todo esto. La guerra de precios no puede durar siempre, la única manera de alcanzar niveles de rentabilidad es subir tarifas", opina Álex Cruz, director de Clickair, la aerolínea de bajo coste fundada por Iberia.

Y es que, aunque el sector se llame de "bajo coste", pocos costes son capaces de soportar las tarifas de este verano, sobre todo con el petróleo escalando hasta los 80 dolares por barril. "Ryanair sí los aguanta, es el gran dominador del mercado, revienta todos los precios", explica David Navarro, analista de Inversis Banco.

Ryanair baila claqué en esta batalla por los precios: su coste por kilómetro y asiento ofrecido queda por debajo de los cuatro céntimos, mientras el de Vueling se sitúa en los 5,25 céntimos y el de Iberia en ocho. El secreto de la aerolínea irlandesa consiste sobre todo en sus bajos costes laborales y su política de volar a aeropuertos secundarios, mucho más baratos, aunque tiene previsto volar también desde Barajas (Madrid).

La espiral de precios se ha intensificado debido a la sobreoferta del sector. Clickair maneja sus propias cifras: "De enero a julio la capacidad de vuelos en España ha crecido un 59%, mientras que la demanda lo ha hecho un 44%. El año pasado fue peor, la capacidad subió un 70% y los pasajeros un 30%", explica.

En España, cuatro de cada 10 pasajeros que llegaron en avión en agosto volaron en una compañía de bajo coste. ¿De dónde sale tanto viajero? Para Álvaro Middelmann, director de Air Berlin en España, se trata de una demanda "comprada", es decir, "una demanda que no hay, pero que se consigue a base de bajar precios".

Esta deriva ha obligado a mover ficha a todas las compañías. Easyjet empezará a cobrar tres euros por maleta facturada desde octubre, y hasta la mismísima Ryanair admitió en junio que sus beneficios sólo crecerían el 5% este año. Clickair, por su parte, se ha marcado como objetivo no vender ningún billete por menos de 20 euros y captar al viajero de negocios.

Los analistas no creen que Vueling haya sido víctima sólo de la guerra de precios. Para David Navarro, "el problema de Vueling es que no vemos su futuro. No sabemos qué compañía quiere ser, ¿Compite con Iberia o Clickair?". Un informe de Morgan Stanley también ha asestado un duro golpe a la compañía. El banco de inversión estadounidense redujo en agosto el precio objetivo de sus acciones a 10 euros. "Vueling será rentable, no puedo decir cuándo, pero es cuestión de tiempo" se defiende Carlos Muñoz. Morgan Stanley sí pone fecha: no cree que haya beneficios operativos (Ebitda) hasta 2009.

Para defender su modelo, Muñoz pone sobre la mesa la ocupación de sus aviones y la satisfacción de los clientes: Vueling ha alcanzado un récord de ocupación del 90% este verano y fue votada como la mejor aerolínea como los consumidores europeos en 2006. El director de Easyjet para el sur de Europa, Arnaldo Muñoz, no duda del servicio, pero asegura que Vueling "no tiene bajos costes". Además, puede verse perjudicada por la sobreoferta. "De las 60 compañías de bajo coste que existen seguramente veremos desaparecer a 56 en los próximos años".

La guerra de precios seguirá este invierno, según los analistas de Morgan Stanley. "Al final, el más beneficiado de todo esto es el consumidor" reflexiona Carlos Muñoz, con lo que es probable que siga recibiendo felicitaciones de viajeros como aquel treintañero de París.

Recetas para despegar

El hasta ahora presidente de Vueling, José Miguel Abad, representante de José Manuel Lara, dimitió el pasado lunes de su cargo junto a dos consejeros más de los Lara por diferencias con el modelo de gestión de la aerolínea. El dueño de Planeta, que pidió la dimisión del equipo gestor, rechaza que la estrategia comercial se ciña a Internet y eluda los canales tradicionales, y siempre ha visto con recelo el agresivo plan de crecimiento de la compañía.

Al final, la aerolínea rectifica. Vueling venderá billetes en las agencias de viaje en breve y ha frenado sus planes de crecimiento: ha aplazado la compra de nuevos aviones; ha recortado de 35 a 18 el número de directivos y, además, ha descartado abrir nuevas rutas a corto plazo. La firma se concentrará en los mercados con viajeros de negocios, como las rutas que unen Madrid y Barcelona con París, que son más rentables.

Lara es accionista fundador de la compañía junto al fundador de la aerolínea norteamericana Jetblue y el fondo británico Apax Partners, que salió del capital en verano. El dueño de Planeta se mantiene de momento en el capital de Vueling con una participación del 15% a través de la sociedad Inversiones Hemisferio. Pero nadie se atreve a decir hasta cuándo, ya que la familia catalana está interesada ahora en formar parte de la oferta del grupo Air France por Iberia.

La encargada de darle un giro a la situación es ahora la nueva presidenta de Vueling, Barbara Cassani, ex consejera delegada de Go, la aerolínea de bajo coste que lanzó British Airways. Asegura que Vueling no necesita que la salven. "Esa una compañía con buena operativa y buenos profesionales, se había centrado en crecer y ahora debe centrarse en ganar dinero", señala.

Algunos de los fantasmas que amenazan esta posible recuperación son, según Morgan Stanley, las nuevas bases que Ryanair y Easyjet ha abierto en el aeropuerto madrileño de Barajas.

Para Álvaro Middelmann, de Air Berlin, la bestia negra de Vueling es Clickair, una compañía de perfil muy similar pero con costes más bajos, que opera bajo el abrigo de Iberia. Alrededor de la mitad de sus rutas desde Barcelona, donde también tiene su sede, son antiguos enlaces de la aerolínea de bandera

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VUELING

- "Hemos fallado en resultados, la guerra de precios nos ha pasado factura y este verano ha sido superior a lo que esperábamos".

- "Sé que esta compañía será rentable. No puedo decir el año, pero sólo es cuestión de tiempo".

EASYJET

"Hay un exceso de oferta de vuelos baratos y buena parte de las compañías que operan como bajo coste no lo son en realidad".

"De las 60 compañías [de vuelos baratos] que hay en el mundo, puede que desaparezcan 56".

CLICKAIR

- "Hay que racionalizar todo esto. La guerra de precios no durará siempre y la única manera de alcanzar niveles de rentabilidad es subir las tarifas".

- "La capacidad crece más que el número de viajeros".

RYANAIR

- "Somos nosotros los que lideramos la actual guerra de precios, y no nos planteamos cambiar de política. Seguiremos bajándolos en adelante, nuestra estructura de costes lo puede soportar".

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Sobre la firma

Amanda Mars
Directora de CincoDías y subdirectora de información económica de El País. Ligada a El País desde 2006, empezó en la delegación de Barcelona y fue redactora y subjefa de la sección de Economía en Madrid, así como corresponsal en Nueva York y Washington (2015-2022). Antes, trabajó en La Gaceta de los Negocios y en la agencia Europa Press

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