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Reportaje:VIDA Y OBRA EN UN DICCIONARIO

Javier Marías, todas las voces

INFANCIA

"El erotismo es importante para todo el mundo y para mí también, pero es algo que se hace y de lo que no se habla"
"La vida es muy mala novelista, si uno mete en una novela las cosas que suceden en la vida no hay quien se la crea"
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Hijo del filósofo Julián Marías, con apenas unos meses Javier Marías hizo su primer viaje a Estados Unidos. El escritor ha ironizado en uno de sus artículos acerca de aquella estancia imaginando que su llanto de bebé pudiera haber molestado a Nabokov, ya que el escritor ruso había vivido en el piso de arriba en la casa que su familia ocupó en Wellesley College (Massachusetts). Marías nació en Madrid, en 1951, en el barrio de Chamberí y allí discurrió su infancia. "Me hace gracia cuando se me acusa de extranjerizante", sonríe, al evocar su vida de niño, de la que no sólo tiene un buen recuerdo sino que sigue siendo para él un referente. Hoy, cuando se relaciona con adultos, intenta imaginar qué niños fueron: "El colegio es un microcosmos que reúne todos los tipos psicológicos: el cobarde, el noble, el bruto, el avieso... Indispensable para conocer a las personas". Estudió en el Estudio, colegio heredero de la Institución Libre de Enseñanza, y allí se asomó al universo femenino porque era un colegio mixto, algo nada usual en la España franquista. De esta época le quedan recuerdos vagos de escritores: Jorge Guillén, Ortega y Gasset y Azorín, a quien visitó con su padre un domingo y del que le impresionó que, a la una de la tarde, aún tuviera la cama deshecha. La familia pasó por problemas económicos -su padre estuvo en la cárcel por la denuncia de un amigo y de resultas tuvo prohibido el acceso a la universidad como profesor, así como escribir en los periódicos hasta finales de los años cincuenta-, pero el niño Javier Marías apenas se percató: "Nunca tuve la sensación de que me faltara nada de lo que quería. Siempre tuve libros, juguetes, y a mis hermanos y sus compañeros de colegio para jugar con ellos".

MADRE

Dolores Franco o Lolita, como todos la llamaban, era una mujer culta. Traductora, profesora y escritora, lo abandonó todo para dedicarse a sus cinco hijos, uno de los cuales murió: "Se quejaba de falta de tiempo para leer, era una mujer con mucho carácter y muy inteligente. Tengo grabada su enorme insistencia en que tratáramos bien a las chicas. Nos decía: 'A las mujeres tenéis que tratarlas bien porque es muy fácil hacerles daño'. Yo espero haberlo hecho en mi vida". Ella inculcó al futuro escritor el gusto por la lectura. Marías recuerda que les contaba cuentos como El castillo de irás y no volverás. Al parecer también les leía la Odisea y la Ilíada: "Esto nos lo ha contado mi padre y yo espero que no sea cierto porque puede quedar muy pedante".

MUJERES

Existen en su narrativa a través de la relación que establecen con los personajes masculinos. La mirada que las contempla es exterior y el narrador no se aventura en su interioridad. "Uno escribe desde su propia subjetividad y para mí lo verosímil es que los personajes digan cómo ven el mundo. Las mujeres están escritas desde una voz masculina y por tanto están más difuminadas".

EROTISMO

Presente en varias de sus novelas, siempre es un erotismo elegante, poco explícito y no exento de humor. En Tu rostro mañana el narrador se detiene en la descripción de una foto en la que aparecen Jane Mansfield y Sofía Loren, dos mitos eróticos de los años sesenta. También describe una turbadora escena entre el narrador y uno de los personajes femeninos de la historia. En ésta, el lenguaje gestual sustituye a la palabra, en ningún momento hablan de la pulsión que les lleva el uno al otro, y hacen como si lo que pasa no estuviera pasando ni antes, ni durante, ni después. Es la fórmula irónica del escritor para evitar el ridículo o la grosería: "Una de las cosas más difíciles en literatura es una escena de sexo. La mayoría oscilan entre el tratado de obstetricia y la cursilería semipoética". Reconoce no obstante el papel del erotismo: "Es importante para todo el mundo y para mí también, pero es algo que se hace y de lo que no se habla. Hay hoy la exigencia de que todo se sepa, y cada vez estoy más de acuerdo con las abuelas cuando decían que 'hay cosas de las que no se habla".

CONTAR

La primera frase de las 1.600 páginas que componen Tu rostro mañana es: "No debería uno contar nunca nada...". El contar o no contar es uno de los temas del libro y su autor opina que contamos cosas constantemente sin pararnos a medir su trascendencia: "Tengo la sensación de que contar es uno de los desencadenantes de todo, de cosas buenas, pero también de tragedias espantosas". En una conversación que en la novela sostiene el narrador con su padre, éste le dice: "Si hay algo de lo que estoy contento es de no haber hecho daño a nadie por haber contado lo que no debía". Hoy Marías lamenta que el silencio haya perdido su prestigio: "La gente no aguanta un minuto de silencio, por eso hay música en todas partes. Es un bien preciado porque es una de las cosas que nos permite pensar".

'LOS DOMINIOS DEL LOBO'

El título de su primera novela. Se publicó en 1971, cuando el autor tenía 19 años, en la editorial Edhasa. Fue Juan Benet quien le envió el manuscrito a Rosa Regàs para que lo publicara. Es un libro muy diferente de la actual narrativa de Marías, pero conserva su frescura y el "estado salvaje" en que fue escrita. "Es una de las novelas que más me gusta. La escribí con 17 y 18 años y me divertí mucho. No la escribí para publicar, lo hice para mí y para mis amigos".

'TODAS LAS ALMAS'

Su sexta novela y uno de sus libros más importantes. De ella dijo Juan Benet que nunca escribiría otra igual. Oxford, lugar en el que Marías vivió como profesor en los años ochenta, es su escenario y tanto éste como el ambiente que le rodeaba aparecen en novelas sucesivas. "Durante muchos años me he sentido en Oxford como en casa. Cuando estaba harto de Madrid y de la vida española, que es muy pesada, allí me sentía a gusto. Mi territorio particular, si es que hay alguno, es Oxford". Y el libro: "En cierto sentido es una novela fundacional".

JUAN BENET

Es un referente para generaciones de escritores, pero en el caso de Javier Marías puede decirse que es una persona nuclear en su vida. Primero como escritor: "Él sacó a la literatura española de un eterno provincianismo", y como guía: "Me enseñó a ver pintura, a oír música, a leer mejor. Era tan inteligente y tan agudo que se fijaba en cosas nada evidentes". Benet acuñó el término "el joven Marías", y era uno de los primeros en leer sus manuscritos: "Su juicio era para mí el más importante de todos y, a veces, cuando escribo, pienso en qué le parecería a él". El último libro de Marías que leyó fue Corazón tan blanco. "Fue un amigo y un maestro. Sus novelas son tensas y exigen un esfuerzo sobre todo en esta época de particular pereza intelectual, pero creo que debería ser más leído".

'CORAZÓN TAN BLANCO'

Se publicó en 1992, y el libro proporcionó a su autor un éxito rotundo. Fue bendecido por el crítico alemán Reich Ranicki, ganó varios premios internacionales y vendió casi dos millones de ejemplares. El tema del libro es el secreto, otra de sus preocupaciones: "Es una forma civilizada de tratarse con los demás. Si contáramos siempre la verdad nos mataríamos unos a otros". Sin embargo, Marías tiene sentimientos encontrados respecto a guardar determinadas cosas, por ejemplo, las que afectan a la Guerra Civil: "No todo se puede saber, pero me pone enfermo la impunidad". El secreto quedaría circunscrito a lo privado: "Una guerra es pública, ahí hay que recordar y contar".

LENGUAJE

Es conocido su empeño en la precisión del lenguaje y declara que la lengua en la que se escribe es algo secundario: "La lengua no posibilita la obra, concibo un Proust no escrito en francés y puedo concebir el Quijote escrito en inglés. Lo fundamental es lo que se crea, lo que se describe y las emociones que se provocan, Nabokov o Conrad escribieron en lenguas que no eran las suyas".

TRADUCCIÓN

Recibió el Premio Nacional de Traducción en 1979 por la obra de Lawrence Sterne, Tristram Shandy. Ha traducido a los mejores autores de lengua inglesa y para él la traducción es la mejor escuela: "El traductor es un escritor privilegiado que tiene la oportunidad de reescribir obras maestras en su propia lengua". Tristram Shandy es para él un libro muy importante y no sólo por haberlo traducido: "Una de las cosas que aprendí de él es la utilización del tiempo, descubrí que un minuto puede durar ochenta páginas".

ACADEMIA

Hace años se le propuso la entrada en la RAE, pero declinó la invitación porque no le parecía adecuado que se votase su ingreso delante de su padre. El pasado año volvieron a proponérselo y aceptó encantado: "Me hace ilusión. Es la primera vez que una institución no oficial, muy noble y siempre independiente, me hace un reconocimiento". A falta de la lectura del discurso, que aún no ha escrito porque dio prioridad a Tu rostro mañana, manifiesta interés por el trabajo que se desarrolla allí: "Tengo curiosidad por ver a qué se parecen las sesiones, si al colegio, a un internado, o a qué".

PADRE

El filósofo Julián Marías. Intelectual muy conocido aunque no reconocido. Su hijo reflexiona: "No puedo ser imparcial, pero hizo cosas muy valiosas. La derecha más cerril lo combatió ferozmente y al mismo tiempo, como era católico, la izquierda no lo hizo suyo. Ni los unos ni los otros apreciaron su independencia". "No recibió premios ni reconocimientos oficiales, y entre los políticos parece que sólo Adolfo Suárez tuvo algún gesto hacia él: "Es ridículo que ni siquiera obtuviera el Premio Nacional de Ensayo cuando lo han tenido mindundis de todo tipo. Con él se ha sido un poco mezquino en general". Para el escritor, Julián Marías fue antes su padre que el filósofo: "Su relación con los hijos era un poco torpe, no en mal sentido, sino que no sabía manejar a los niños, pero era muy cordial y muy cultivado, y para mí ha sido un privilegio tenerlo cerca". Siendo escritor uno imagina que el padre podía haberlo tutelado: "Tener un padre conocido para mí no fue un problema, quizá porque a los 19 años me publicaron mi primer libro, y aunque en ese terreno nunca fue explícito conmigo sé por terceras personas que apreciaba mis libros. En mi casa siempre ha habido un extraño pudor, respetábamos la privacidad, y públicamente tampoco hemos hablado el uno del otro, creo que eso es de mal gusto". La muerte del padre en 2005 le llegó a Javier Marías en plena redacción del tercer volumen de Tu rostro mañana. En él, el padre del narrador está directamente inspirado en el suyo y los diálogos entre uno y otro son algunos de los mejores momentos de la novela: "Tenía que mantenerlo vivo en la ficción. A veces salen frases de mi padre tal cual, como cuando nos decía: 'Desde luego no perdéis ocasión de decir alguna majadería'. Al terminar el libro es como si se hubiera muerto del todo". El escritor concluye su recuerdo: "No conozco la vida entera de mi padre, pero es de las personas más rectas e ingenuas que he conocido. Mis hermanos y yo le veíamos un poco desvalido respecto a nosotros, que tenemos más resabio. Él era mejor que nosotros, de eso sí estoy seguro".

AZAR

Muy presente en todas las novelas de Marías, para quien el azar no sólo existe sino que determina buena parte de nuestras vidas. Rechaza la soberbia contemporánea que quiere abolir el azar en aras a la explicación racional de todo, pero alerta sobre el azar en la literatura: "La vida es muy mala novelista, si uno mete en una novela las cosas que suceden en la vida, que está llena de azares, no hay quien se la crea. La novela es una representación de la vida que no admite todo lo que la vida tiene".

HUMOR

"Yo tengo fama de muy serio, o incluso de arrogante o de altivo, y de todas estas cosas que estoy harto de oír. Creo sin embargo que en mis novelas hay mucho humor, pequeñas bromas y hay alguna escena que aspira a ser cómica o en todo caso es un poco disparatada. El humor es una de las pocas cosas que nos salva. En el libro hay un momento que dice: "Callar es lo que nos salva", yo creo que sobre todo nos salva el humor. No puedo evitar ver la parte chistosa de las cosas. En el entierro de mi madre hace 30 años y en el de mi padre hace dos, recuerdo que al escuchar al cura no podía evitar una risa interior. Siempre me ha interesado la mezcla de lo grave y lo cómico, no es fácil combinarlas y no sé si me sale bien. Lo combina en cine Billy Wilder, lo combina Shakespeare, desde luego, Mankiewicz en cine y Molière en teatro, pero no es tan frecuente".

FÚTBOL

Aficionado desde los 7 años e hincha del Real Madrid, este deporte no sólo le proporciona un gran placer sino que le ha inspirado un buen número de artículos y cuentos que reunió en: Salvajes y sentimentales. "Algunos de los momentos más emocionantes de mi vida los he vivido con el fútbol. Tiene un elemento de representación que le emparenta con el teatro y el cine; y la solidaridad y el empeño común que tiene el juego es un trasunto beneficioso y pacífico de las batallas. Si no existiera el fútbol probablemente habría más peleas". Hace unos años, cuando el Numancia de Soria subió a primera división el escritor ofreció a los jugadores una prima económica si se mantenían en la categoría: "De niño pasábamos muchos veranos en Soria y siempre he tenido simpatía al equipo de allí. Les di cinco millones de la época, los que gané en un premio literario".

REINO DE REDONDA

Con quince títulos publicados, Reino de Redonda es un sello editorial que nació al tiempo que Marías se convirtió en rey de Redonda: "Cuando recibí el Reino de mi predecesor éste me dijo que entre mis obligaciones estaba mantener viva la memoria de los anteriores reyes. Así publiqué a M. P. Shield, el primer rey de Redonda, y luego quise recuperar algunas de las traducciones que yo había hecho". La editorial no tiene un plan real de publicaciones porque el editor que es Javier Marías va improvisando, "eso es lo que me divierte". Los libros, editados sin escatimar costes, la convierten en deficitaria aunque el editor le resta importancia: "El Reino no se arruina por eso".

SHAKESPEARE

Varios títulos de sus novelas están inspirados en obras de este autor: cuando fui mortal, Corazón tan blanco, Mañana en la batalla piensa en mí, Tu rostro mañana: "Es el escritor más fértil para otro escritor. Los hay que te paralizan, que te hacen pensar qué hago yo aquí dándole a la tecla, pero Shakespeare está lleno de apuntes inexplorados, de frases brillantes y enigmáticas".

POESÍA

Piensa que es la forma de arte más elevada de la literatura y ha traducido a algunos de los mejores poetas: Auden, Faulkner, Nabokov, Ashbery, Wallace Steven, Stevenson. Sin embargo, le sorprende que sus críticos no señalen su deuda con ella: "Casi nadie se ha dado cuenta de que alguna de mis influencias más fuertes es de poetas. En este libro hay citas de Eliot, de Ashbery, de Rilke, de Machado, de Lorca, y hay influencia también en el ritmo de la prosa". Sin embargo, nunca escribió poesía, ni siquiera de niño: "Propiamente no, pero creo haberla escrito dentro de mis novelas. Quién sabe, si ya no hago más novelas haré poesía".

DIGNIDAD

"Lo que intento es escribir con recursos de buena ley, sin trampas. Cualquier escritor, haga lo que haga, tiene que tener convicción. La novela es ficción y hay un momento en que uno que ya es perro viejo no se lo cree. Tener la capacidad de decir: no, esto no me lo creo, ésa es la dignidad del escritor, exigirse a uno mismo".

MAÑANA

Acaba de cumplir 56 años y, después de esta novela, mira al futuro: "Yo que sé qué seré mañana aunque no creo que pueda cambiar ya mucho. Hace años, con algo más de 40, dije que algunos libros conviene hacerlos antes de cumplir los 50 porque a partir de ahí dejan de ser inteligentes. Quizá lo puse muy pronto, pero creo que hay gente que a partir de una edad se imbeciliza, da giros extraños, se frivoliza y pierde inteligencia. A lo mejor corro el riesgo de convertirme en un vacuo, aunque espero que no. Lo que no sé es si escribiré más novelas en el futuro. Ahora mismo me siento incapaz ante la mera idea de crear otro mundo distinto que el que he habitado durante estos ocho años. ¿Cuál sería? Ni siquiera se me ocurre".

Javier Marías (Madrid, 1951).
Javier Marías (Madrid, 1951).GORKA LEJARCEGI

Un autor en dos conversaciones

JAVIER MARÍAS recibe en su casa, en el Madrid de los Austrias. A juzgar por su rostro risueño, el escritor está relajado y contento. Acaba de terminar Tu rostro mañana, novela en tres tomos en la que ha invertido ocho años de trabajo. Un libro sobre el paso del tiempo con el que amplía su particular geografía del comportamiento humano: "En el primer volumen había una frase: '¿Cómo es posible que no conozca tu rostro mañana, que no te conozca lo suficiente para saber lo que puedo esperar de ti?'. El libro trata de la dificultad de conocer a las personas que nos importan. Y de conocerse a uno mismo. Quizá este volumen se podría haber llamado Mi rostro mañana", resume el escritor, para quien la línea entre vida y literatura cada vez es más delgada. Durante dos conversaciones consecutivas, Marías ayudó de forma generosa a confeccionar las voces de este diccionario. Es un gran conversador y sobre casi todo tiene algo propio que decir. Habla como escribe, de forma reflexiva, pausada y precisa. Un adjetivo a veces no es suficiente para atrapar el concepto y utiliza dos, o los que hagan falta, pero no renuncia a la claridad y la precisión, cualidades ambas consustanciales a su carácter y a su obra. Una obra que a estas alturas es ya todo un universo.

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