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La CNMV recuerda que los bonos del Santander están ligados a acciones

El supervisor ha recibido numerosas consultas de inversores

Íñigo de Barrón

La emisión de bonos del Santander sigue en el candelero. Después de las quejas de sus competidores por la forma en la que se ha comercializado (en su opinión, más parecido a un producto de renta fija que a las acciones), ayer fue la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la que hizo pública una nota en su web recordando que es un producto de renta variable.

El Santander está colocando entre sus clientes una emisión de bonos convertibles en acciones por 7.000 millones de euros. La CNMV ha recordado a los inversores minoristas las características de la operación; es decir, que en la emisión de bonos, la remuneración no está asegurada y que incluye una "prima de conversión" y su rendimiento está vinculado a la evolución de la acción.

El supervisor ha realizado este recordatorio por el importante volumen de consultas que ha recibido de los inversores. Además, también lo justifica por la complejidad del producto, que está dirigido a inversores minoristas, a los que aconseja consultar el tríptico correspondiente. La CNMV también apunta que es normal realizar estas notas cuando son productos que se distribuyen masivamente y son más complicados que la renta fija.

Polémica en el mercado

La colocación ha sido motivo de polémica, porque el BBVA redactó una nota en la que recordaba a sus oficinas el riesgo de la operación, para frenar posibles salidas de ahorro hacia el Santander. Otras entidades, bancos y cajas, también lo han criticado aduciendo que se ha publicitado sin advertir del riesgo. Ayer, la sociedad gestora de fondos de las cajas rurales, Gescooperativo, explicó, en una circular interna enviada a sucursales del grupo, los riesgos que supone al depender su rentabilidad de la evolución de la acción del Santander.

Todos estos movimientos no han gustado en el Santander. La reacción de los competidores se considera, entre los ejecutivos de la entidad cántabra, como una maniobra para impedir el éxito de la colocación y una actitud nada habitual en el mercado.

Lo cierto es que tanto la publicidad en televisión como el folleto informativo y el tríptico que resume las condiciones de la operación han sido supervisados y aprobados por la Comisión de Valores. También es verdad que los inversores deben firmar que han leído y entendido el riesgo que suponen los bonos.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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